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Aunque la carne de cangrejo contiene proteínas, ácidos grasos omega 3 y otros nutrientes, la manipulación y el almacenamiento inadecuados de la carne cruda pueden permitir el crecimiento de bacterias que causan enfermedades. Naturalmente, las bacterias existen en armonía con los animales marinos. Una vez que mueren, los microorganismos pueden multiplicarse y crear toxinas dañinas. Comprar productos de una feria de productos del mar que tenga buenas técnicas de manipulación de alimentos es fundamental. La carne de cangrejo cruda comprada debe almacenarse en hielo, que no se haya derretido, para evitar que las bacterias se multipliquen.
Paso 1
Huele la carne de cangrejo. Si está dañado, olerá a amoníaco. Además, la carne cruda no debe oler a pescado ni agria, sino que debe tener un aroma suave y dulce. También puede tener un olor salado, que también es aceptable.
Paso 2
Sienta la textura de la carne de cangrejo. La carne cruda tendrá una consistencia firme, no blanda. Si está dañado, será pegajoso, según Maryland Blue Crab. Si el cangrejo deja una capa pegajosa en tus dedos, deséchalo.
Paso 3
Note el color de la carne. La carne de cangrejo cruda debe tener un color blanco nacarado. Si es amarillo o gris, está dañado.
Paso 4
Pregúntele al vendedor cuánto tiempo ha estado almacenada la carne. Los mariscos no deben conservarse por más de dos días.
Paso 5
Come la carne de cangrejo dentro de los dos días posteriores a la compra, según la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos). Los mariscos deben almacenarse en hielo en la parte más fría del refrigerador.