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Aunque podemos comer ostras crudas, también se pueden incorporar fácilmente a muchos platos deliciosos. Esto los convierte en un ingrediente increíble y versátil en todo, desde ostras hasta Rockefeller y sopa. Aunque es fácil de preparar, un simple error puede convertir su delicioso plato en un desastre gomoso.
Paso 1
Elimina las ostras abiertas. Aquellos que ya se han abierto probablemente estén muertos por un tiempo y pueden tener bacterias nocivas para la salud. Las ostras que no estén bien cerradas deben desecharse antes de comenzar a cocinar.
Paso 2
Limpiar las ostras cerradas con un cepillo, en agua fría. El cepillado eliminará la suciedad y los contaminantes de la superficie de las conchas. No se necesita jabón.
Paso 3
Abre las ostras al vapor o en el microondas durante 30 segundos. Aunque las ostras se pueden cocinar directamente en la concha, abrirlas antes de cocinarlas permitirá una mayor variedad de opciones de preparación.
Paso 4
Abra las ostras con un cuchillo adecuado. Coloque el cuchillo cerca de la bisagra de la ostra y luego abra la parte superior. Asegúrese de no derramar ningún líquido de las ostras. Tire de la parte superior hacia arriba y separe los músculos de la bisagra del caparazón. Quitar la capa superior es el paso apropiado en la preparación para cocinar, mientras que quitar las ostras por completo de las conchas puede ser útil para hacer sopas, freír u otras recetas en las que se incorporen.
Paso 5
Hervir las ostras durante aproximadamente tres minutos. Cuando los bordes comiencen a curvarse, retírelos rápidamente del agua hirviendo. Demasiado tiempo de cocción producirá un sabor desagradable y una textura gomosa.
Paso 6
Prepara una buena salsa. Lo más popular es servir la ostra con limón exprimido. Otras opciones conocidas incluyen mantequilla derretida con ajo, tomillo o perejil. La salsa de ostras se puede preparar combinando caldo de ostras, sal, salsa de soja y jengibre.