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La neumonía y la bronquitis tienen síntomas similares, como tos, sibilancias y altos niveles de producción de moco. Por lo tanto, una diferencia perceptible entre los dos puede ser difícil de detectar. Sin embargo, es imperativo obtener un diagnóstico correcto, ya que la neumonía a veces puede ser fatal si se ignora o no se trata.
Bronquitis
La bronquitis es una inflamación de los bronquios (vías respiratorias de los pulmones). Por lo general, es causada por una infección bacteriana o viral en sus paredes internas. Los agentes externos como el humo de segunda mano, los contaminantes, los alérgenos y el tabaco también pueden ser causas del problema. Viene en dos formas: aguda y crónica. La forma aguda dura solo unos días o semanas y generalmente es curable con antibióticos básicos o simplemente con el sistema inmunológico del cuerpo. La forma crónica es más grave, ya que dura varios meses y puede reaparecer varias veces en dos años.
Neumonía
La neumonía es una infección de uno o ambos pulmones. Es causada por virus, bacterias u hongos y se contrae cuando una persona inhala uno o más de estos agentes. A menudo es detectable por el sonido de ruidos fuertes o crujidos en el pecho durante la respiración. A menudo ocurre en personas mayores de 65 años o en personas con sistemas inmunológicos débiles o susceptibles.
Diferencias
A diferencia de la bronquitis, la neumonía a menudo se asocia con escalofríos, castañeteo de dientes y fiebre de más de 40 grados. Si alguien tiene neumonía, también puede toser sangre y moco. La bronquitis generalmente no requiere hospitalización, ya que los síntomas pasan con el tiempo o se superan con antibióticos. La neumonía, por otro lado, a menudo requiere hospitalización, ya que las infecciones respiratorias comienzan a interferir con la respiración. Estas infecciones también pueden ingresar al torrente sanguíneo y diseminarse a otros órganos.
Esta afección suele dar lugar a complicaciones pulmonares extremas. Los abscesos pulmonares y el derrame pleural son dos de ellos. Los abscesos son cavidades llenas de pus que se forman en los lóbulos infectados de los pulmones. El derrame pleural ocurre cuando el líquido interno forma una pared entre los pulmones y la pared torácica, lo que interfiere con la respiración.
Tratamiento
Como se mencionó anteriormente, el tratamiento de la bronquitis es simple y directo. Hable con un médico para determinar su causa exacta y tome antibióticos recetados, si es necesario. Evite los contaminantes del aire y permita que su cuerpo descanse tanto como sea posible. En el caso de la neumonía, se pueden recetar antibióticos o medicamentos antivirales, según la causa. Si los síntomas empeoran, es posible que se necesite hospitalización, antibióticos intravenosos y un aparato respiratorio para ayudar a respirar. La hospitalización suele durar entre tres y cuatro días, según la gravedad de los síntomas de la enfermedad.
Precauciones
Tanto la bronquitis como la neumonía inducen al cuerpo a expulsar moco amarillo, verde o gris (conocido como esputo) a través de la tos. Sin embargo, consulte a un médico de inmediato si tiene dificultad para respirar acompañada de fiebre alta y escalofríos o si comienza a vomitar moco. Estos son los primeros signos de neumonía y deben tratarse para evitar insuficiencia respiratoria. Trate de evitar los agentes en el aire que agravan los síntomas (como fumar) y no mastique tabaco ni beba alcohol si tiene problemas para respirar.