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El dióxido de carbono (CO2) es esencial para la supervivencia de plantas y animales. Sin embargo, el exceso puede causar la muerte de toda la vida en la Tierra. Las plantas y los animales no solo necesitan ingerir dióxido de carbono, sino que también dependen del gas para mantenerse calientes, ya que es un componente esencial de la atmósfera terrestre.
Gases de efecto invernadero
El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero de origen natural. Otros incluyen vapor de agua, metano y óxido nitroso. Estos gases ayudan a mantener la Tierra caliente al absorber la energía del sol y redirigirla de regreso a la superficie del planeta. Un aumento en la cantidad de CO2 crea un exceso de gases de efecto invernadero que retienen calor adicional. Este calor atrapado conduce al derretimiento de los casquetes polares y al aumento del nivel del océano, lo que provoca inundaciones.
Plantas
Las plantas eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera en un proceso llamado secuestro de carbono. El CO2 se almacena en la biomasa y luego la planta lo libera. En la mayoría de los casos, la cantidad liberada es menor que la consumida. Las granjas, pastos y bosques se consideran fuentes o sumideros de dióxido de carbono, dependiendo de las prácticas en estas tierras. Por ejemplo, las vacas producen metano, pero la hierba de la granja captura el gas.
Salud
El dióxido de carbono es esencial para la supervivencia de los animales. El oxígeno se lleva a los tejidos del cuerpo durante la respiración y se libera CO2. El gas protege el nivel de pH de la sangre. Sin embargo, demasiado dióxido de carbono puede matar animales. Si el gas está confinado, puede disminuir la cantidad de oxígeno que ingresa al cuerpo. Cualquier aumento o disminución de la cantidad de dióxido de carbono en el cuerpo puede provocar insuficiencia renal o coma.
Fuentes
Los combustibles fósiles como el carbón, el gas de las centrales eléctricas, el petróleo, los vehículos y las grandes industrias son las mayores fuentes de dióxido de carbono. La producción proviene de diversos rubros, como hierro, acero, cemento, gas natural, combustión de residuos sólidos, cal, amoniaco, caliza, tierras de cultivo, carbonato de sodio, aluminio, petroquímicos, titanio y ácido fosfórico. El dióxido de carbono representa casi el 85 por ciento de todas las emisiones y se produce cuando se utilizan gas natural, petróleo y carbón. Las principales áreas donde se utilizan estos combustibles incluyen la generación de electricidad, el transporte, la industria y en edificios residenciales y comerciales.