Contenido
La espondilosa cervical, o osteoartritis cervical, es una condición asociada al envejecimiento caracterizada por la degeneración de los huesos de la columna en la región del cuello. Esta enfermedad es progresiva, pudiendo afectar a hombres y mujeres, y aparece con más frecuencia después de los 40 años. Aunque los casos graves de espondilosa cervical pueden requerir un procedimiento quirúrgico, la fisioterapia a menudo proporciona un alivio significativo en los síntomas.
La fisioterapia es la principal opción no quirúrgica para tratar la espondilosa cervical (Photos.com/Photos.com/Getty Images)
síntomas
Los síntomas de la espondilosa cervical pueden ser: dolor persistente o crónico y rigidez en el cuello, dificultades para caminar, pérdida de equilibrio, debilidad o adormecimiento en los dedos, manos y brazos, estallidos al mover el cuello , dolor de cabeza y espasmos musculares. Si usted presenta estas señales, busque a su médico para buscar un diagnóstico adecuado.
Fisioterapia pasiva
La fisioterapia es la principal opción no quirúrgica para tratar la espondilosa cervical. Normalmente este tipo de tratamiento es realizado por un fisioterapeuta especialmente entrenado. Al principio, el fisioterapeuta utilizará técnicas que no requieren su participación activa. Estas técnicas pasivas tienen el objetivo de acostumbrar al paciente al tratamiento, prepararlo para técnicas más activas y reducir el dolor.
Se pueden alternar terapias calientes y frías para tratar el área afectada. La aplicación de calor aumenta el flujo sanguíneo, llevando más oxígeno y nutrientes al sitio. Al mismo tiempo, el flujo sanguíneo aumentado ayuda a eliminar las toxinas naturales que contribuyen a los espasmos musculares. Las aplicaciones de frío reducen el dolor, los espasmos y la inflamación. Como alternativa a las bolsas de hielo tradicionales, se puede usar el fluorometano, un spray refrescante aplicado directamente sobre la piel.
El masaje profundo del tejido ayuda a aliviar los espasmos relacionados con la espondilosa, así como cualquier otra tensión crónica en los músculos del cuello. En esta técnica, el fisioterapeuta utilizará las manos u otros accesorios para aplicar presión sobre tendones, músculos y ligamentos.
La estimulación eléctrica utiliza cadenas de intensidad segura para estimular los músculos. Además de atenuar espasmos, esta técnica puede reducir la inflamación y estimular mecanismos naturales de alivio del dolor. También puede ayudar a sus músculos crónicamente tensos a "reaprender" una postura habitual más relajada. Esta forma de tratamiento generalmente comienza en el consultorio del fisioterapeuta, pero puede ser extendida a su casa si presenta buenos resultados.
Fisioterapia activa
La fisioterapia activa implica un plan personalizado para ejercitar, alargar y fortalecer los músculos del cuello y del cuerpo en general. Con base en su historial y en la actual etapa de recuperación, su fisioterapeuta creará un plan que usted debe seguir. Probablemente el tratamiento trabajará estabilidad corporal, variación de movimiento y flexibilidad. Los ejercicios pueden ayudar a reaprender posturas y hábitos que pueden contribuir a aliviar los síntomas de la espondilosa, promover la pérdida de peso y proporcionar una coordinación que deje los movimientos del cuello más fluidos y menos "chasquidos".
Otras consideraciones
Es importante recordar que la fisioterapia no corrige la degeneración responsable de la espondilosa cervical. Consulte a su médico para recibir una orientación completa de cómo manejar el problema.