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Cuando se hace una titulación, o análisis químico, con una vidriera bastante común llamada bureta, el primer paso es lavarla con un poco de solución que se añadirá a ella. Este proceso no es sólo una ceremonia sagrada o un ritual químico especial. Él, en realidad, sirve para un propósito simple, pero muy práctico. Al lavar la bureta, se cerciora de que la concentración de la solución dentro será exactamente la que se espera que sea.
Se debe lavar la bureta antes de comenzar una titulación como esa de la figura (Jupiterimages / Goodshoot / Getty Images)
concentración
El objetivo principal de hacer las titulaciones, o la mayor parte de ellas, es determinar la concentración de un compuesto químico en una muestra. Para hacer esto, se utiliza un titulante, una solución cuya concentración es conocida. Si la concentración del titulante no es aquella que se piensa que es, los resultados de ese experimento no tendrán sentido alguno. En consecuencia, es muy importante cerciorarse de que la concentración del titulante en la bureta sea exactamente la esperada.
escoria
Hay dos motivos para lavar la bureta. La primera está relacionada con las posibles impurezas. Si el equipo que se utiliza es compartido con otra persona, como un socio de laboratorio, y la persona no ha limpiado completamente la bureta como se debe, es posible que haya introducido algunos contaminantes en el titrante, si la vidriera no se lava antes. Dependiendo de la naturaleza de esas impurezas, pueden afectar la concentración del titulante y la reacción que ocurre en la muestra.
agua
El segundo y más importante motivo de lavarse la bureta tiene que ver con el agua. Cuando se lava la vidriera, se usa agua para enjuagarla. La bureta no estará completamente seca cuando se utilice, entonces los trazos de agua que quedan harán que el titulante se diluya, lo que cambiará su concentración. En consecuencia, si el titulante no se utiliza para hacer un lavado en la bureta y realmente hay agua dentro del frasco, el titulante quedará más diluido de lo que debe ser.
consideraciones
Si hay un lugar donde la prisa es enemiga de la perfección, es en el laboratorio. Lavar la bureta con el titrante llevará sólo unos minutos, pero terminar con datos malos o imprecisos puede forzar a la persona a repetir el experimento completo, potencialmente ocupando horas del tiempo disponible. Si el experimento es de una clase de laboratorio, un mal resultado puede causar una nota más baja. Es por eso que lavar la bureta es sólo una precaución simple, que se puede tomar para garantizar la precisión.