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El intestino delgado, una parte del sistema digestivo del cuerpo que incluye el esófago, estómago e intestino grueso, procesa los nutrientes de los alimentos y ayuda a evacuar el material residual del cuerpo. Él tiene cerca de seis metros de largo, componiendo más del 70% de la extensión del tracto gastrointestinal (TGI). El cáncer de intestino delgado es una enfermedad rara. Sin embargo, debemos ser conscientes de los síntomas que pueden ser causados por cáncer u otras afecciones.
El cáncer de intestino delgado es una enfermedad rara (Photodisc / Photodisc / Getty Images)
Linfoma del intestino delgado
El linfoma del intestino delgado, una de las cinco formas de cáncer encontrada en ese órgano, es una enfermedad que comienza en las células del sistema inmune. Además del tracto digestivo, estas células también se localizan en los ganglios linfáticos, bazo, glándula timo, adenoides, tonsilas y médula ósea. Todos los cáncer de intestino tienen potencial para invadir la pared intestinal y diseminarse a los ganglios linfáticos y otros órganos adyacentes. El Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute, en portugués) indica que en 2009, hubo 6.230 nuevos casos de cáncer de intestino delgado reportados en los Estados Unidos, y 1.110 personas murieron de la enfermedad.
Desconocimiento físico
Las incomodidades físicas generalmente resultan de problemas y enfermedades causadas por la localización y localización del cáncer en el intestino. La malignidad puede hacer difícil la digestión y la evacuación del alimento por el cuerpo. El crecimiento también puede sangrar internamente, resultando en heces negras. Estos síntomas también pueden estar asociados al síndrome del intestino irritable y las úlceras pépticas. Es importante no hacer el autodiagnóstico. Es necesario consultar a un médico para determinar si las señales son una consecuencia del cáncer intestinal o de otra afección física debilitante.
Otros signos y síntomas
Los síntomas iniciales generalmente son vagos, no específicos, pudiendo incluir incomodidad abdominal asociada a la náusea, timpanismo y pérdida de apetito. Conforme la enfermedad progresa, los síntomas pueden volverse más pronunciados con aumento del dolor o cólico abdominal, un nódulo en la porción media del abdomen, así como pérdida de peso inesperada o no planificada. Los síntomas avanzados se asocian con la fatiga, la pérdida de peso, la anemia de hierro, la pérdida de sangre visible en el vómito o la materia fecal, ictericia e intensa náusea y vómito.
tratamiento
La cirugía, el tratamiento primario del linfoma del intestino delgado, implica la remoción física del cáncer y posiblemente del tejido circundante. También se utiliza quimioterapia o radioterapia si el cáncer se ha diseminado. La radiación puede ser usada en combinación con otras opciones de tratamiento o cuando la remoción quirúrgica de la malignidad no es posible.