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El sistema solar en el que reside la Tierra alberga planetas que varían significativamente entre sí, pero que generalmente se agrupan en dos categorías. Los científicos a menudo los dividen en planetas internos y externos. Los planetas interiores son: Mercurio, Venus, Tierra y Marte, ya que comparten cualidades similares entre sí. Los exteriores, a su vez, son: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, que se agrupan igualmente por sus similitudes.
Material de superficie
Los planetas internos y externos varían fundamentalmente con respecto a los compuestos de los que están hechos. Los planetas interiores a menudo se denominan "planetas rocosos" porque están hechos de materiales sólidos, mientras que los planetas exteriores están formados casi en su totalidad por gases.
Talla
Los planetas interiores son significativamente más pequeños que los más alejados del Sol. El planeta interior más pequeño, Mercurio, mide 4.877 km de diámetro, en detrimento del planeta exterior más grande, Júpiter, que mide 142,98 km de diámetro. Estas diferencias de tamaño se deben a las leyes de atracción gravitacional. Como los planetas interiores son más grandes, sus masas podrían hacer que la Tierra los atraiga, en lugar de permitirles orbitar.
Velocidad de rotación
Los planetas externos giran rápidamente, mientras que los internos giran relativamente lentamente. La diferencia de velocidad es tan notable que, estando en Júpiter, tu día sería de 9 horas y 55 minutos, mientras que si estuvieras en Venus, tendrías que esperar 243 horas para que suceda un día equivalente a la Tierra. .
Recuento de luna
Los planetas interiores, incluida la Tierra, tienen pocas lunas, si es que tienen alguna. Los planetas exteriores, por otro lado, suelen ir acompañados de varios satélites naturales. Tienen tantas lunas, de hecho, que contarlas es difícil para los científicos.
Velocidad de la órbita solar
Lógicamente, los planetas que forman el grupo interior tardan menos en orbitar alrededor del Sol, ya que están más cerca de él. Los planetas exteriores tardan mucho más, ya que tienen más espacio para viajar. Júpiter, por ejemplo, tarda 164 años terrestres en hacer una órbita completa alrededor del Sol.