Contenido
- introducción
- Hable antes de la llegada del hermanito
- Participación en la gestación
- Compañía en la maternidad
- Participación en las tareas con el bebé
- Compartir para unir
- Cultivo momentos de individualidad
- Elogie cualidades individuales
- No haga comparaciones
- No te olvides de lo más quieto
- Reforzar la importancia de la amistad
- No demuestre preferencia
- Incentive la admiración
introducción
Crear hijos no es de las tareas más fáciles y cuando se tiene más de uno, como la mayoría de las familias, el desafío se vuelve aún mayor. Esto es porque hay un agravante: los celos entre ellos. Un sentimiento muy natural y comprensivo, al final cuando se tiene sólo un hijo, padres y madres viven para él y la atención dirigida es exclusiva. Después, con la llegada de un nuevo miembro a la familia, la situación cambia de figura. Para que los padres no se desesperen y los pequeños no sufran con ese mal sentimiento, ahí van algunos consejos para acabar con los celos entre hermanos.
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Hable antes de la llegada del hermanito
Los niños, sobre todo las menores, no saben claramente lo que hay dentro de la barriga de la mamá que, de repente, papá pasó a besar, mamá acaricia y todos alrededor miran y prestan atención. Por eso, conversar con el más viejo sobre la llegada de un hermano, explicando que lo que tiene dentro de la barriga es un ser igual a él, es una excelente forma de transformar la idea en algo concreto. Durante la gestación, también vale mostrar imágenes de bebés en el vientre materno e indicar bebés recién nacidos en el regazo de madres en la calle, ejemplificando que pronto uno de ellos llegará a la familia.
Jupiterimages / Photos.com / Getty Images GuardarParticipación en la gestación
Para que el hijo mayor se sienta parte de la familia que está a punto de aumentar, hágalo realmente sentirse importante y participativo. Cuando sea posible, llévelo a las consultas con el obstetra, déjelo escuchar el corazón del bebé y ver las imágenes en los exámenes de ultrasonografía, coloque su mano en la barriga cuando el feto se mueva, entre otras cosas. Pida su ayuda para hacer que la mamá se relaje, pasando un hidratante en las piernas, por ejemplo, o tomando un vaso de agua, en el caso de los mayorcitos. Insertar al niño en el nuevo contexto la hará sentir especial y amada, disminuyendo la distancia entre el hijo de fuera y el de dentro del vientre.
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Compañía en la maternidad
Ver la escena: de repente, papá y mamá toman una maleta, felices o entonces apresurados y ansiosos, dan un beso al hijo mayor y salen. El hijo mayor se queda en casa, normalmente con una de las abuelas, sin saber a dónde mamá y papá fueron con tanta expectativa y alegría. El hecho es que no puede ir juntos. Un día después, él visita ambos y, cuando llega donde están, tiene un intruso en el regazo de la madre y todos alrededor babam en aquella criatura. Hay una nueva escena familiar en la que el hijo mayor simplemente no está insertado. Es claro que llevar al niño a la maternidad a la hora del nacimiento del hermano no es de las tareas más fáciles y tal vez muchos hospitales ni permitan la entrada de los pequeños, pero insertar a los hermanos en este momento es muy importante para que no se sientan dejados de lado . Una buena opción es colocar al niño en el carro para que ella acompañe a la madre hasta la maternidad, para saber dónde va. Si es posible, dejar que se quede en la habitación junto con papá y mamá, mientras que el menor no tiene alta, participando desde la llegada del menor, es maravilloso.
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Participación en las tareas con el bebé
Entonces, ahora papá y mamá se quedan casi exclusivamente dando atención a otra persona y no más al hijo mayor. Normalmente, es en ese momento que los celos se aprieta. Una salida para driblar ese sentimiento es recurrir al primogénito como un ayudante, haciendo que él participe, insertándolo en las tareas diarias de cuidado con el bebé. Cuando cambie el pañal, pídale que tome el paquete. A la hora del baño, cuente con su ayuda en el baño para pasar el jabón. Cuando sea amamantado, dígale a él para sentarse del lado y masajear la mano de la mamá. El niño que se inserta en el contexto familiar se siente querida y útil. El pensamiento de ella es: "yo soy importante".
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No hay por qué separar a los hermanos en situaciones que pueden ser compartidas. Juntar los dos, o más, a la hora de la alimentación y del baño, por ejemplo, es una excelente forma de integrar ambos y de mostrar que la atención y el amor a los dos es la misma. Además de ser muy bueno para calmar el corazón del hijo encolado, aún facilita el día a día de los padres, que aprovechan el mismo momento para todos los hijos.
PhotoObjects.net/PhotoObjects.net/Getty Images GuardarCultivo momentos de individualidad
Aunque unir a los niños en situaciones comunes, como la alimentación y el baño, es muy bueno, los padres deben atentar para ofrecer a cada hijo momentos únicos y de atención exclusiva. Para el más viejo, vale leer un cuento de hada antes de dormir, en el momento que el otro hermano está con el padre, por ejemplo. Con el menor, a la hora de la siesta del primero, la madre puede jugar juntos, haciendo su juego preferido. Es importante ofrecerles situaciones de individualidad, fortaleciendo el vínculo con cada uno y mostrando que siempre tendrán derecho a la atención exclusiva de mamá y papá.
Jupiterimages / Brand X Pictures / Getty Images GuardarElogie cualidades individuales
Muy común que hermanos tengan características diferentes de los demás, como todos nosotros, después de todo. Lo que en un llama más atención se puede borrar en el otro y viceversa. Cuando alaben el hermoso ojo azul de uno, salen la belleza de los racimos del pelo de otro. Potencialice en cada uno de ellos sus mejores características, sean físicas o emocionales. Dejar claro, cuantas veces sean necesarias, que cada uno es especial de su manera es una forma de hacer que los hijos se sientan amados y se acepten como son, sin nutrir de forma exagerada los celos por lo bueno que el hermano tiene y él no.
Jupiterimages / Creatas / Getty Images GuardarNo haga comparaciones
"Su hermano no hace birra como tú". "Mira, tu hermana comió todo y tú no". ¿Quién nunca oyó, ni siquiera una vez, esas frases de algún miembro de la familia? Esta es una de las peores trampas para estimular los celos y la competencia entre hermanos. ¡No comparar nunca es casi una orden! Esto porque cada persona tiene su personalidad diferente, con defectos y cualidades individuales. Un come mejor, pero otro duerme mejor, y así como tantas otras características. La forma más benéfica es siempre estimular los buenos comportamientos y fomentar la mejora en los negativos, sin comparaciones.
BananaStock / BananaStock / Getty Images GuardarNo te olvides de lo más quieto
No siempre el hijo más quieto, que no demanda tanta atención, que no llora por cualquier motivo o que no hace birra no necesita cuidados. No es por el hecho de tener una personalidad más reservada que eso lo exime de cariños y dedicación. Mantente atenta y demuestra afecto, después de todo él también necesita mucho de ti.
Jupiterimages / Comstock / Getty Images GuardarReforzar la importancia de la amistad
Es más que natural que ocurran unos arrancar-rabos entre hermanos. ¡Extraño sería si no existier! Sin embargo, es papel de los padres incentivar la buena relación entre los hijos, subrayando que el hermano puede y debe ser el mejor amigo, el compañero, aquella persona que está al lado en casi el 100% del tiempo. Reafirmar esto siempre que sea posible es fundamental para que ellos ve al hermano como un socio y no se sienten tan amenazados cuando los celos golpean.
Jupiterimages / Brand X Pictures / Getty Images GuardarNo demuestre preferencia
La forma con que nos gusta de cada hijo tiene más que ver con afinidades que con cantidad de amor. Al final, el amor no es cosa para ser medido. Lo que se le gusta en uno puede no existir en el otro y así sucesivamente. El cuidado en eso es no dar preferencia a un hijo por cuenta de una mayor afinidad con usted. Es bueno siempre recordar que cada uno tiene buenos puntos y otros a mejorar. Elogiar las características positivas de cada uno de ellos, sin dar preferencia a nadie, es el mejor camino.
Comstock / Comstock / Getty Images GuardarIncentive la admiración
Una de las maneras más eficaces para minimizar la competencia y la agresividad entre los seres humanos es mostrando los puntos positivos del otro y generando la admiración. Cuando admiramos a alguien, pasamos a respetarlo y verlo como un socio, con quien podemos aprender. Es responsabilidad de los padres y madres alentar la admiración entre los hermanos, mostrando diariamente que pueden ser para siempre mejores amigos.