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Los términos "sólido", "líquido" y "gaseoso" se aplican a los tres estados de la materia más común en la Tierra (Plasma, un cuarto estado, es el más común en el universo) y las propiedades individuales de estos estados de la materia resultan de diferentes arreglos y comportamientos de sus partículas constituyentes.
El estado líquido es uno de los más reconocibles (Photos.com/Photos.com/Getty Images)
sólido
Los sólidos consisten en partículas acumuladas muy cerca unas de otras y, aunque tienen algún grado de movilidad, no pueden moverse de un lugar a otro - por lo tanto, la materia sólida normalmente no se esparce o fluye. Los sólidos pueden todavía ser rotos, pero son muy poco compresibles debido al arreglo rígido de sus partículas. Hay dos tipos primarios de sólidos: sólidos cristalinos, que poseen una estructura atómica muy regular y sólidos amorfos, que contienen partículas dispuestas irregularmente. Sal de cocina y azúcar son ejemplos de sólidos cristalinos: su estructura regular y repetitiva puede ser observada con un microscopio. Los plásticos y el vidrio son sólidos amorfos: no sólo su estructura atómica es irregular como también presentan alta viscosidad - o sea, ellos "fluyen" cuando se derriten.
líquidos
Los líquidos también mantienen un arreglo cerca de partículas. Estas, sin embargo, se mueven de forma aleatoria, lo que significa que los líquidos pueden tener una densidad similar a la de los sólidos, pero que también fluyen y se adaptan a la forma de su recipiente. Los líquidos se separan lentamente y pueden tener diversas viscosidades, dependiendo de su estructura molecular.
gases de
Las partículas en un gas son altamente móviles y distantes unas de otras, lo que les permite moverse de forma independiente ya altas velocidades. Como sus partículas son muy distantes unas de otras, los gases tienen densidades equivalentes a cerca de un centésimo de aquellas presentes en sólidos y líquidos. Los gases se propagan rápidamente y se adaptan a la forma del recipiente, además de ser fácilmente compresibles por el espacio entre sus partículas.
Cambiando los estados de la materia
Los elementos y compuestos pueden pasar de un estado de la materia a otro sin sufrir cambios en su estructura química. El oxígeno (O2), por ejemplo, puede existir como gas o como líquido, dependiendo del arreglo de sus moléculas. El compuesto H2O es otro ejemplo común: ocurre como sólido (hielo), líquido (agua) o gas (vapor), pero siempre mantiene su estructura química, compuesta por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno.