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Las alergias alimentarias ocurren cuando su cuerpo ve una sustancia como un invasor que debe eliminarse, lo que hace que responda de la misma manera que lo hace a un virus o una bacteria. Se liberan sustancias químicas llamadas histaminas que causan de todo, desde picazón en la piel hasta tos y dolor de estómago. Las reacciones muy graves pueden provocar anafilaxia, que provoca una caída de la presión arterial y una incapacidad para respirar. Si es alérgico al yodo, su médico puede recomendarle que evite ciertos alimentos para minimizar las reacciones.
Sal yodada
Cuando no tiene suficiente yodo en su dieta diaria, su cuerpo no puede producir hormonas tiroideas. Esto provoca una elevación o charla en la garganta. Para reducir el riesgo de deficiencia de yodo, se agrega a la sal. Un gramo de sal yodada contiene aproximadamente 77 microgramos de yodo. Si es alérgico al yodo, evite agregar sal yodada a sus alimentos. Es posible comprar sal sin yodo añadido. Si su alergia no es grave, es posible que ingiera pequeñas cantidades de sal yodada sin síntomas adversos.
Productos lácteos
El yodo es una adición común a los alimentos que se les da a las vacas. Por esa razón, los productos lácteos pueden ser ricos en yodo. Un vaso de leche de vaca contiene 56 microgramos de yodo. También se puede encontrar en otros productos lácteos como queso, helado y yogur.
Pescados y mariscos
El pescado y los mariscos se encuentran entre las fuentes naturales de yodo más comunes. Esto se debe a que el yodo está presente de forma natural en el agua de mar y las algas. Por ejemplo, solo 85 g de bacalao contienen 99 microgramos de yodo. La misma porción de camarones es de 35 microgramos. Los peces de agua dulce también contienen yodo, pero la cantidad depende de las aguas en las que nadan, según un informe de la Universidad de Tulane en Estados Unidos.
Otras fuentes
Un huevo grande contiene aproximadamente 12 microgramos de yodo. Las verduras también tienen yodo: alrededor de 32 microgramos en uno por media taza de frijoles blancos, por ejemplo. Dado que la tierra puede llenarse de yodo, las verduras que crecen en ella, como las patatas, pueden contener yodo. El nivel de yodo varía según su contenido en el suelo en la zona geográfica determinada donde crece la planta. Pelar los tubérculos antes de cocinarlos puede reducir el contenido de yodo.