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Las etapas finales de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) se hacen evidentes con la aparición de ciertos síntomas, como dificultad para respirar, frecuencia cardíaca acelerada, confusión mental y bajo contenido de oxígeno en sangre. Aunque la EPOC es una enfermedad terminal, se ofrecen pocos o ningún cuidado paliativo a quienes la padecen.
Identificación
La EPOC, o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, es la cuarta causa principal de muerte en los Estados Unidos. Es una enfermedad progresiva que daña los pulmones y dificulta la respiración. El daño físico causado por la EPOC es irreversible y afecta tanto a las vías respiratorias como a los alvéolos de los pulmones, conocidos como alvéolos. Los diagnósticos consisten en una de dos condiciones posibles: enfisema y bronquitis obstructiva crónica.
Desaturación de oxígeno y confusión.
Los niveles bajos de oxígeno en sangre y sus efectos en el cerebro dan como resultado la confusión y la desorientación asociadas con la EPOC. El vínculo profundo entre la desaturación de oxígeno y el deterioro cognitivo existe, según un estudio conjunto de científicos de la Universidad de Washington, el Centro Médico de Asuntos de Veteranos y el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas. El estudio mostró que la desaturación (como resultado de la deficiencia de EPOC) afecta específicamente la colina en el lóbulo frontal del cerebro. Dado que esta colina es un nutriente esencial y una clave para el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso central, dicha desaturación puede provocar daños cerebrales graves.
Significado
El diagnóstico de EPOC generalmente ocurre a medida que la enfermedad progresa y el deterioro del cuerpo se hace evidente. En los Estados Unidos, actualmente se diagnostica EPOC a 12 millones de personas, y se estima que 12 millones de personas no están diagnosticadas. Las manifestaciones de los primeros síntomas de la enfermedad incluyen "tos de fumador" (una tos que produce grandes cantidades de moco), sibilancias y opresión en el pecho. Dado que el diagnóstico generalmente ocurre durante las últimas etapas de la enfermedad, la mayoría de las personas diagnosticadas con EPOC son ancianos. Los pacientes a menudo encuentran que tienen dificultad para respirar durante tareas simples, como caminar, o durante las tareas de rutina, ya que pierden la capacidad de cuidarse a sí mismos.
Progresión
Enfermedades como un resfriado, una gripe o una infección pulmonar pueden deteriorar rápidamente la condición del paciente con EPOC. A medida que avanza el deterioro respiratorio, un médico personal derivará al paciente a un neumólogo para recibir atención especializada. La fase terminal de la EPOC a menudo no es diagnosticada por los médicos generales y, como resultado, se ofrece un tratamiento de hospicio incompleto durante esta etapa.
Tratamiento
A medida que empeora el daño a los pulmones, los síntomas también empeoran. Dejar de fumar y evitar la inhalación de polvo y productos químicos aumenta la progresión normalmente lenta de la enfermedad. Los tratamientos intermedios, con inhalantes, vacunas contra la gripe y vacunas contra la neumonía, retrasan la progresión de los síntomas de la EPOC. La versión severa de la enfermedad a menudo hace que el paciente se someta a oxigenoterapia para realizar sus actividades, dormir y prolongar su vida. La cirugía como opción de tratamiento solo es beneficiosa en casos raros. Los trasplantes de pulmón, las bulectomías y las cirugías de reducción de volumen pulmonar se suelen realizar en pacientes con EPOC cuyos síntomas son similares al enfisema.