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Hacer tus propias albóndigas en casa puede llevar mucho tiempo. En lugar de prepararlos cada vez que quiera comerlos, puede hacer un lote más grande y congelarlos. Las albóndigas se pueden congelar cocidas o crudas, según su preferencia, pero si no se cocinan, se volverán más húmedas al descongelarlas. Al guardarlos en el congelador, siempre tendrás un acceso rápido y fácil para hacer un sándwich o pasta.
Paso 1
Coloque el papel pergamino en una bandeja para hornear grande y luego coloque una capa de albóndigas sobre ella. No dejes que se toquen, ya que se congelarán juntos.
Paso 2
Coloca las albóndigas en el congelador durante una o dos horas. Retire la bandeja para hornear del congelador cuando estén congelados.
Paso 3
Coloque las albóndigas en recipientes o bolsas de plástico herméticos. Para obtener mejores resultados, sepárelos en porciones que utilizará más adelante. Etiquete los paquetes con el contenido y la fecha.
Paso 4
Vuelve a colocar las albóndigas en el congelador. Serán válidos por otros dos o tres meses.