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En un artículo de 1983 para la revista "Mother Earth News", la autora Mary A. Piccard recuerda que su tía suiza daba a su familia almohadas con huesos de cereza, que habían sido calentados en el horno a la hora de dormir. Estas almohadas calientes hacían más soportable quedarse bajo las sábanas frías en las habitaciones sin calefacción de la casa. Hoy en día, todavía son una fuente de calor viable. Pero es importante retirar toda la pulpa de la cereza que se aferra en los huesos antes de usarlos. De lo contrario, acabará con un producto todo mojado.
instrucciones
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Coloque los huesos en un tazón y cubra con agua.
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Sumerja sus manos en el agua y frote un hueso contra otro, retirando la pulpa.
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Enjuague los huesos en agua limpia.
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Repita los Pasos de uno a tres si, después de enjuagar los huesos, todavía hay pedazos de pulpa.
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Coloque los huesos en una olla con agua y hierva durante 15 minutos.
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Llena un tazón con agua fría y coloca los huesos calientes en ella.
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Frote un hueso contra otro para quitar cualquier pedazo remanente.
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Enjuague los huesos en agua limpia.
Qué necesitas
- cuenco
- cacerola