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Los sapos son anfibios porque tienen adaptaciones que les ayudan a vivir tanto en la tierra como en el agua. Ellos son de sangre fría, lo que significa que la temperatura del cuerpo varía de acuerdo con la temperatura del medio ambiente. Aunque son más comúnmente encontrados en lugares calientes y húmedos, también habitan desiertos secos y climas fríos de montañas.
Las ranas están bien adaptadas a la vida terrestre y acuática (frog image by Leonie Pratt de Fotolia.com)
aliento
Los sapos inician sus vidas como rociadores acuáticos respirando por las branquias. Cuando los gitanos se transforman en sapos, los pulmones reemplazan las branquias y permiten que los sapos puedan respirar por la tierra. La piel de la rana está cubierta por una capa húmeda que absorbe el oxígeno del aire y del agua. Numerosos vasos sanguíneos presentes en la piel fina de los sapos permiten la absorción del oxígeno.
movimiento
Las ranas tienen pies con membranas que las ayudan a nadar. Sus miembros posteriores largos, que les ayudan a saltar en tierra, también ayudan en la natación.
Más adaptaciones
Los ojos y las narinas de los sapos están colocados en lo alto de sus cabezas, lo que impide la entrada de agua en esos orificios cuando las ranas nadan en la superficie. Las ranas tienen un área sensible en su espalda que siente vibraciones a través del agua. Ranas, que tienen un patrón de camuflaje, pueden cambiar de color para camuflarse aún más con el ambiente.