Contenido
- Oportunidad de rendimiento pasivo
- Riesgos de perder la propiedad intelectual
- La concesión de licencias
- Dependencia exagerada del licenciante
Los contratos de licencia tienen ventajas y desventajas tanto para el licenciante y el contratista. El contrato otorga al contratista el derecho de usar el producto del licenciante, que puede ser una invención, una marca o un producto. Los derechos de los contratistas se dictan por el contrato, pero pueden incluir los derechos como la venta del artículo o utilizar la marca en sus propios productos. El contratista paga al licenciante las regalías sobre el beneficio obtenido.
Oportunidad de rendimiento pasivo
Una de las ventajas para el dueño que licencia su propiedad intelectual es que puede tener un beneficio continuo sin tener que hacer nada. En otras palabras, el contratista de la licencia debe hacer todo el trabajo para obtener ganancias, mientras que el licenciante gana un porcentaje de todo lo que se obtiene. En lugar de recibir sólo una pequeña cantidad, el dueño del producto sigue recibiendo dinero mientras el contratista se está beneficiando. Esto permite al contratista tener un flujo continuo de ganancias sin perder ningún derecho sobre su propiedad.
Riesgos de perder la propiedad intelectual
El dueño de la propiedad intelectual asume un gran riesgo al licenciar su producto. Puede abrir las puertas a la piratería o tener su tecnología robada si no tiene un representante legal. Policiar el uso del producto para asegurarse de que el contratista no infringe ninguno de los derechos puede ser costoso. La piratería de software es un buen ejemplo. Los programas informáticos se licencian a menudo para los usuarios. Sin embargo, tan pronto como el usuario obtiene los derechos para el uso del producto, puede hacer copias de él y distribuir ilegalmente, obtener beneficios con esto y nunca pagar las regalías.
La concesión de licencias
El contratista también tiene la ventaja de aumentar bastante sus propios beneficios de forma muy superior a lo que él esperaba. Comprar los derechos de propiedad intelectual puede ser muy caro. Sin embargo, pagando por los derechos de la licencia, el contratista invertir menos dinero y obtendrá los beneficios usando la tecnología o la propiedad. Si es una invención, puede mejorarla y hacer más dinero que si empezara el proyecto del principio. Si es una marca, el contratista puede gozar de su reputación y obtener beneficios extremos.
Dependencia exagerada del licenciante
El contratista asume un gran riesgo al aceptar el contrato en lugar de comprar la propiedad intelectual. En primer lugar, cuando llegue el momento de renovar el contrato, el licenciante puede pedir más dinero o estrechar los términos si se sabe que el contratista necesita la renta. Además, si el contratista no tiene una licencia exclusiva, puede tener una competición que no existiría si fuera dueño de la marca. Esto puede afectar los beneficios.