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El funeral judío es conducido de acuerdo con las leyes y tradiciones talmúdicas. A diferencia del funeral de otras religiones, el propósito del servicio no es confortar a los miembros familiares y amigos de duelo, sino honrar la vida y la memoria del difunto. Un funeral judío consiste en rasgar las vestiduras, el servicio, el proceso funerario y el entierro.
Es tradición los enlutados colocar piedras en la tumba del fallecido durante el funeral judío (Uriel Sinai / Getty Images News / Getty Images)
El rasgar de las vestiduras
Siete parientes adultos del fallecido tienen el deber de realizar el Keriah, o rasgar de las vestiduras. Se incluyen madre, padre, cónyuge, hermanos e hijos. Este ritual ocurre antes del entierro, permitiendo a los enlutados expresar sus sentimientos a través de un acto destructivo simbólico, y no en una explosión emocional.
El servicio funerario
El servicio funerario judío es breve, y significa homenajear el carácter y la dignidad del difunto. El servicio tradicional normalmente ocurre en la casa del difunto o en un cementerio. Sin embargo, hoy es aceptable realizar el servicio en una sinagoga o una capilla neutra. El servicio consiste en la lectura de salmos elegidos adecuándose a la vida del difunto, una oración en memoria y alabanza, que es la parte principal del servicio. Un amigo o miembro de la familia expresa las virtudes del difunto y la sensación de pérdida que está sintiendo.
El cortejo fúnebre
Los cargadores del ataúd son generalmente elegidos por la familia y amigos del difunto. Sin embargo, no es obligatorio que los miembros familiares carguen, lo que es necesario es que sólo los judíos realicen esa función. La procesión para el lugar del entierro es notada por varias pausas para rituales. De acuerdo con la tradición, la procesión se interrumpe siete veces. Durante la misma, los enlutados recitan el Salmo 91, la "Canción del Espíritu".
El entierro
Tradicionalmente, un judío fallecido es enterrado dentro de las 24 horas de la muerte, a menos que haya alguna circunstancia que impida eso. La ley judía exige que nadie aplique cosméticos o embalsama el cuerpo. En vez de eso, el cuerpo es tratado con el taharah, un ritual de limpieza para preparar el cuerpo para el entierro. Un tutor designado, conocido como Somer, generalmente un miembro de la familia o amigo del fallecido, vela el cuerpo hasta que el servicio comienza. El fallecido debe ser enterrado en la tierra y la tumba debe ser llena antes del inicio de la recesión. Los enlutados caminan por la tumba recitando palabras de confort o colocando una piedra sobre la tumba. Esto marca el comienzo del período oficial de duelo.