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Una almohada hecha de espuma viscoelástica se ablanda y se vuelve más flexible cuando se le aplica calor. Normalmente, el calor corporal de una persona es suficiente para ablandarlo, pero a veces, cuando hace frío, es posible que el cuerpo no emita el calor necesario para hacerlo. Sin calor corporal que lo ablande, la almohada puede resultar dura e incómoda. En ese caso, se requerirá una fuente de calor externa.
Paso 1
Aumenta el calor del calentador en la habitación para calentar la temperatura del aire, porque en una habitación muy fría la almohada viscoelástica quedará dura.
Paso 2
Use un secador de pelo para calentar la nuca y la cabeza. Haga esto antes de acostarse, para que su piel esté lo suficientemente caliente como para ablandar la almohada.
Paso 3
Coloque una manta tibia sobre la almohada para que se ablande y cambie de forma a medida que su cuerpo se mueve durante la noche.