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Los Diez Mandamientos, presentados por Moisés a una nueva nación israelí más de 1.200 años antes del nacimiento de Jesús de Nazaret, han sido fundamentales para muchos códigos y estatutos legales. Los Diez Mandamientos o el Decálogo aparecen dos veces en el Antiguo Testamento, en Éxodo 20: 1-17 y Deuteronomio 5: 6-21. Para este ejercicio, usaremos la versión contenida en Exodus. Para memorizar el Decálogo dentro de un límite de tiempo, tendrá que emplear un enfoque de tres pasos: "leer, escribir, recitar".
Memorización
Paso 1
Lea los Diez Mandamientos de la Biblia.
Tenga en cuenta que algunas son instrucciones breves y otras son más largas, con narrativas. Las narrativas pueden entenderse como expansiones homiléticas, razones explicativas por las que se deben seguir las instrucciones y no forman parte de los mandamientos originales.
Se observa que ocho de cada 10 comienzan con "No deberás" o "No", según la traducción. Solo los comandos "Saturday" y "parent" comienzan con una declaración positiva.
Paso 2
Escribe las ideas o palabras principales de cada mandamiento en tu papel.
Disminuya las palabras de cada mandamiento hasta que tenga solo su significado básico, ya sea en términos tradicionales o modernos. Una posible combinación de los términos sería: 1) Falsos dioses, 2) Imágenes, 3) Usar el nombre en vano, 4) Sábado, 5) Padres, 6) Matar, 7) Adulterio, 8) Robo, 9) Falso testimonio o mentira. , 10) Codicia.
El acto físico de escribir crea un vínculo fuerte entre la mente del estudiante y el sujeto y es un estudio poderoso que ayuda a la memoria.
Paso 3
Recita los Diez Mandamientos.
Combine los prefijos negativos, teniendo en cuenta las dos excepciones, con su lista de palabras o frases. Debes recitarlos en voz alta, porque las acciones físicas de hablar y escucharte acelerarán el proceso de memorización. Recita los mandamientos en voz alta repetidamente durante el tiempo restante para que el Decálogo se vuelva familiar, cómodo y permanente en tu memoria.