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La hipotermia ocurre en los gatos cuando la temperatura corporal interna del animal desciende dramáticamente por debajo de la media, que se sitúa entre 37,5 y 39 ºC. Esto puede ocurrir por una variedad de razones, incluida la sobreexposición a temperaturas frías y húmedas, como resultado de un shock o porque el gatito recién nacido no ha recibido la atención adecuada. Los síntomas incluyen indiferencia, temblores excesivos, piel fría, somnolencia y ritmo cardíaco lento. El tratamiento de los casos leves y graves de esta afección se realiza tanto en casa como con la ayuda de un veterinario.
Paso 1
Saca al gatito del ambiente frío inmediatamente. Si la hipotermia es causada por un shock, mueva al animal lentamente para evitar más lesiones.
Paso 2
Envuelve al gatito en una manta tibia. Si es posible, caliente la manta con anticipación en la secadora durante tres a cinco minutos.
Paso 3
Mide la temperatura rectal del gatito. Si está entre 35,5 y 37,5 ºC, sigue tratándolo en casa y continúa con el siguiente paso. Si está por debajo de 32 ºC, llévelo inmediatamente al veterinario, para que sea tratado con lavados y líquidos calefactores intravenosos.
Paso 4
Envuelva una almohadilla térmica o una botella de plástico llena de agua caliente en una toalla de mano. Colócalo debajo de la axila o cerca de la ingle del gatito, para que su temperatura suba de manera más efectiva.
Paso 5
Continúe controlando la temperatura rectal del gatito cada diez o 15 minutos. Tan pronto como alcance al menos 37 ºC, comience a ofrecerle comida caliente o leche.
Paso 6
Calienta a tu gatito con mantas, almohadillas térmicas y botellas de agua hasta que se vuelva más activo, empiece a aceptar comida y agua y su temperatura vuelva a la normalidad.
Paso 7
Supervise al gatito para detectar cualquier cambio en la dieta, los patrones de sueño y cualquier síntoma continuo de hipotermia. Si no vuelve a la normalidad en dos días, comuníquese con un veterinario para tratamientos adicionales.