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Un bizcocho ideal es fresco y húmedo, pero como pueden ser grandes, por lo general quedan muchas sobras. Si bien aún es seguro consumir el pastel incluso después de una semana de refrigeración cubierta, es mejor revisar los alimentos para asegurarse de que no se hayan echado a perder, especialmente aquellos con relleno. Para evitar que un bizcocho se eche a perder, lo mejor es llevar inmediatamente las sobras al frigorífico durante una o dos horas sin taparlas, envolver todo el bizcocho en film transparente, colocarlo en una caja y envolverlo con film transparente y papel de aluminio para poner en el congelador.
Paso 1
Busque signos de moho en todo el pastel. Suele ser verde, azul o blanco. Si hay incluso una mancha de moho, todo el pastel debe desecharse inmediatamente.
Paso 2
Mira la guinda del pastel. Si se ve demasiado duro, es una indicación de que la comida puede estar comenzando a echarse a perder.
Paso 3
Sienta un pedazo del pastel con sus dedos limpios. Si es duro y seco, carece de humedad, lo que significa que es viejo y debe desecharse.
Paso 4
Determina si el pastel tiene algún relleno a base de frutas. Los rellenos pueden acelerar el proceso de descomposición, especialmente si la torta descansa a temperatura ambiente. Cualquier tipo de pastel con relleno blando, viscoso o mohoso debe desecharse inmediatamente.
Paso 5
Revise los pasteles congelados para asegurarse de que no se quemen en el congelador. Muchas parejas de recién casados congelan su pastel de bodas y comen las sobras en su primer cumpleaños. Si el pastel no se envolvió correctamente antes de congelarlo, puede contener quemaduras por congelación y debe desecharse inmediatamente.
Paso 6
Si aún no está seguro de la calidad del pastel, deséchelo: comer alimentos podridos puede causar enfermedades transmitidas por los alimentos, no vale la pena correr el riesgo.