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Los fertilizantes se encuentran entre los principales venenos que ingieren los perros, ya que a menudo contienen harina de huesos, lo que los convierte en un bocadillo atractivo para perros y cachorros. Aunque los ingredientes de los fertilizantes, como el nitrógeno, el fósforo y el potasio, no son venenosos para los cachorros, estos alimentos vegetales a menudo contienen fungicidas, que son tóxicos para las mascotas. Los perros a menudo se recuperan de la ingesta de fertilizantes por sí mismos, aunque se necesitan líquidos para prevenir la deshidratación. A menudo, también se necesitan medicamentos para despejar el estómago. Los cachorros pequeños en crecimiento pueden tener un mayor riesgo de intoxicación por fertilizantes que los perros adultos.
Paso 1
Observe a su cachorro en busca de signos de problemas gastrointestinales, incluidos vómitos y diarrea. Los perros que ingieren fertilizantes u otras toxinas también tienden a salivar en exceso inmediatamente después de consumirlos. Si el perro ingirió una pieza sólida de fertilizante, corre el riesgo de obstrucción intestinal, cuyos síntomas incluyen vómitos, secreciones gástricas ricas en ácido clorhídrico, lentitud y deshidratación. La pérdida de peso también es un síntoma de obstrucción intestinal prolongada.
Paso 2
Busque otros síntomas de la ingesta de fertilizantes, como pérdida de apetito o malestar estomacal en el animal.
Paso 3
Preste atención a los síntomas de reflujo, obstrucciones intestinales y pérdida de apetito durante los próximos días. Si los síntomas persisten, puede estar seguro de que el perro ha ingerido fertilizante.
Paso 4
Mantenga a su perro bien hidratado mientras se recupera de la ingesta de fertilizantes. Puede ser necesario administrar medicamentos o líquidos por vía intravenosa, por lo que debe llamar a su veterinario para determinar el mejor curso de acción. Dado que el fertilizante puede causar obstrucción intestinal, mantenga el nivel de actividad de su cachorro al mínimo durante la recuperación y dele alimento ligero durante uno o dos días, además de mantenerlo adecuadamente hidratado. No alimente al cachorro por vía oral mientras todavía está vomitando, ya que esto indica la presencia de obstrucción en el sistema del animal. Regrese gradualmente a la alimentación normal para evitar más complicaciones.