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Los ataques de risa suelen ser brotes inocuos, más comunes en niños que en adultos. Pero, a veces, la risa se interpone y se vuelve socialmente inapropiada e incontrolable. Estos episodios pueden ser improductivos, vergonzosos e indicativos de otros problemas, como ansiedad. El primer paso que debe tomar para tratar estos ataques de risa incontrolables es consultar a su médico; él debería poder decirle la causa.
Humor
La primera y más obvia causa del ataque de risa es el humor. Si alguien hace o dice algo gracioso, la respuesta humana natural es la risa. Los ataques de risa ocurren con más frecuencia en presencia de otras personas que cuando la persona está sola.
Ansiedad
Los trastornos de ansiedad crónica también pueden provocar ataques de risa. Estos no son como los ataques que ocurren cuando algo es gracioso, son intentos inconscientes de aliviar una situación incómoda o vergonzosa. Dado que la risa es un estado que reduce la tensión, el cerebro compensa en exceso un estado de ansiedad que provoca una risa excesiva.
Desórdenes neurológicos
Los trastornos neurológicos, como el síndrome de Tourette, también pueden provocar ataques de risa. Este síndrome en particular hace que los pacientes tengan hábitos nerviosos o tics que surgen en momentos de ansiedad. Puede ser necesaria una tomografía computarizada para descartar esta posibilidad. El tratamiento puede incluir varios tipos de medicamentos y terapia cognitiva y conductual.
Aceptación
Los ataques de risa pueden ser una forma de ganar aceptación social, especialmente si todos se ríen. A veces se pueden usar para disipar la ira de un oponente o alguien que la víctima, por los ataques de risa, siente que es amenazante. Esto puede deberse a la comprensión errónea de que las personas que ríen son más amigables o menos amenazantes que las que gritan o hablan con más dureza.
Atención
La risa puede ser una búsqueda de atención, a menudo empleada por los niños, pero a veces también por los adultos, que sienten que están emocionalmente descuidados. A menudo, el ataque comienza con algo que la "víctima" encontró genuinamente divertido, pero dura mucho más que una risa común. Los intentos repetidos de evitar que la persona se ría se responden con una risa negativa o incluso más.
Consideraciones
Si un médico no puede encontrar una razón fisiológica para los ataques de risa, pueden ser necesarias pruebas psicológicas. En los casos en que la ansiedad está presente, hablar de los problemas puede hacer que los ataques de risa sean menos frecuentes, porque la tensión de la víctima se alivia con la expresión verbal de los sentimientos y no con la risa.