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Cuando se trata de colorear su propio mortero, las posibilidades son infinitas y se aplican los mismos pasos, sin importar el tipo. Esta es una manera fácil de agregar más personalidad a sus piezas de mosaico que simplemente usar morteros de colores prefabricados.
Paso 1
Elija el color que desee de las pinturas acrílicas disponibles en cualquier tienda de manualidades. Compre siempre al menos dos frascos de color. Algunas marcas normalmente disponibles son Apple Barrel Colors, Delta Ceramcoat y Folk Art. Son económicas y se venden en pequeños frascos de 56 gramos.
Paso 2
Compra el mortero que usarás en blanco puro, no blanco nieve, ya que puede tener un tono grisáceo u opaco que se volverá amarillo. Para lograr un color real y claro, debe comenzar con el blanco verdadero.
Paso 3
Mezclar el mortero. Deje de mezclar justo antes de que alcance la consistencia de la mantequilla de maní. Luego, cuando aún esté un poco quebradizo, agregue la pintura. Probablemente necesitará toda la maceta para lograr el tono deseado, ya que el blanco diluirá el color. Rocíe un poco de color, mezcle y evalúe.
Paso 4
Rociar un poco más de color y volver a mezclar muy bien si el color del mortero es demasiado claro. Si está demasiado blando, agregue un poco más de mortero en polvo, poco a poco, para espesar. Si está demasiado seco, pero del color deseado, simplemente agregue un poco de agua a la vez hasta que alcance la consistencia ideal para su uso.
Paso 5
Experimente y ajuste el polvo, el agua y la pintura hasta que el mortero y el color sean los adecuados para comenzar a aplicar lechada en su proyecto de mosaico. La próxima vez, puede experimentar con pinturas metálicas y pinturas brillantes para obtener un efecto más extravagante e inusual, así como una versión de color más oscuro o más claro.