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Si tiene tarjetas de crédito, puede resultar difícil controlar sus gastos. Al dificultar el acceso a ellos, es posible que pueda reducir su consumo e incluso reducir sus deudas. Si guardarlos en su billetera es demasiado tentador, intente congelarlos en una bolsa de hielo en el congelador de su casa. De esta manera, debe esperar a que se descongele para usar su tarjeta de crédito. Cuando eso suceda, su deseo de gastar puede haber pasado.
Paso 1
Tome un tazón o una olla grande que se pueda colocar en el congelador. Elija el recipiente más grande que tenga, ya que tardará más en descongelarse que un recipiente poco profundo.
Paso 2
Llene el recipiente o balde casi por completo con agua. Deje unos centímetros en la parte superior para dejar espacio para que el agua se expanda cuando se congele.
Paso 3
Envuelva su tarjeta de crédito en una película de color o en una bolsa negra. Asegúrelo con bandas de goma. El objetivo es evitar que vea a través del hielo para leer el número de su tarjeta de crédito.
Paso 4
Pon tu tarjeta de crédito en la olla con agua. Se hundirá. Coloca el bol en el congelador. Tardará unas horas en congelarse, así que déjelo en el congelador indefinidamente.