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Puede parecer una sorpresa para la mayoría, pero la gente no tiene que comerse todo el pavo de una vez. Esta información es especialmente bienvenida para familias pequeñas y personas que viven solas. Dado que habrá restos de comida, aprenda a almacenarla de forma segura para poder disfrutarla más tarde.
Paso 1
Corta y divide el pavo sobrante en porciones, usando la tabla de cortar o una superficie segura. Haga esto cuando la carne esté lo suficientemente fría para evitar quemaduras. Además, la carne refrigerada evitará que las bolsas de plástico y los recipientes de almacenamiento se derritan.
Paso 2
Distribuya el pavo junto a los recipientes. Es posible congelarlo directamente en un plato junto con los lados. Los contenedores deben estar bien cerrados.
Paso 3
Si vas a usar el pavo para hacer sándwiches, corta la carne y luego envuélvela en papel de aluminio o plástico. Coloque porciones separadas (suficientes para uno o dos sándwiches) dentro de la bolsa. Compruebe que el recipiente sea hermético. Esto evitará que se dañe el congelador y mantendrá el sabor fresco de la carne durante más tiempo.
Paso 4
Corta la parte del muslo y envuélvela en una lámina de plástico para congelador, colocando la comida en bolsas de plástico. Corte solo lo que se consumirá en algunas comidas.
Paso 5
Si quieres hacer una cazuela con el pavo, solo prepárala con la carne descongelada adentro y luego congela toda la cazuela en una taza o en un recipiente seguro y hermético que se pueda guardar en el congelador. Deje que el pavo se descongele en el momento adecuado, al menos uno o dos días antes de servir.
Paso 6
Congela el pavo cortado con algunas verduras para hacer una comida rápida. Agrega la salsa después de que el pavo y las verduras se hayan descongelado.
Paso 7
El pavo congelado puede durar hasta cuatro meses, si se almacena correctamente y si no se vuelve a congelar.