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El tomillo es una de las hierbas culinarias más refinadas, pudiendo ser usado en casi cualquier receta. Es ampliamente utilizado en la culinaria europea, especialmente en Francia, pero desafortunadamente no es apreciado en Brasil. El sabor es fresco y picante, con notas florales, de pino y cítricas, en niveles variables. El tomillo es resistente, pudiendo ser cultivado en casa en casi cualquier región, siendo que el fresco puede ser comprado en supermercados. Puede ser deshidratado fácilmente, pero su sabor fresco es mejor preservado al ser congelado.
instrucciones
El tomillo fresco es fácil de cultivar, versátil y puede ser congelado (John Foxx / Stockbyte / Getty Images)-
Lave bien las ramas de tomillo bajo agua fría y limpia. Sacuda para quitar el exceso de humedad y enjugarlos entre hojas de papel toalla.
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Coloque el tomillo sobre tres capas de papel toalla limpia y seca, con alrededor de 3/4 de la anchura de la bolsa para congelar los alimentos. Cubra con tres capas de papel de toalla; que van a absorber cualquier humedad remanente, protegiendo el tomillo.
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Coloque el tomillo entre las capas de papel toalla cuidadosamente dentro de la bolsa de plástico. Cierre la "cremallera" al menos hasta 3/4 y luego presione la bolsa para eliminar el máximo de aire posible. Cierre la bolsa.
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Congela el tomillo sobre una bandeja o plato y luego guarde en un contenedor rígido para evitar que se aplaste. Para usar, retire las hojas de las ramas deslizándolas uno entre el pulgar y el indicador. Sustituya el tomillo fresco por el congelado en cualquier receta.
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Congelar las hierbas en agua o aceite de oliva ligera, como una técnica alternativa. Coloque una cucharada de hierbas picadas en cada espacio de una bandeja de hielo y cubra con aceite o agua. Esto ofrece una protección extra, pero no es tan necesario con el tomillo así como con otras hierbas.
consejos
- La misma técnica puede ser aplicada a cualquier otra hierva, como lavanda, romero o hojas de laurel.
Qué necesitas
- 40 ramas de tomillo fresco (o cuántas tienes)
- Toalla de papel
- Sacos para congelar alimentos pequeños o medianos, con cierre por cremallera
- Recipiente plástico que pueda ir al congelador
- Bandeja de hielo (opcional)
- Aceite de oliva ligera (opcional)