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La mayoría de las estufas de leña de hierro fundido, ya sean diseñadas específicamente para la cocina o no, pueden tener su superficie utilizada para cocinar, si son planas. Una estufa de leña es una gran adición para cualquier familia, ya sea que viva sin energía o no. Son una gran fuente de calor y una forma de cocinar y calentar agua si no hay luz o simplemente quieres reducir tu factura de luz y gas. La mejor manera de mantener una estufa de hierro fundido en su mejor forma para cocinar es curarla bien. Este proceso evita que los alimentos se peguen y conserva su metal.
Paso 1
Enciende tu estufa y deja que alcance los 205 ºC. La temperatura puede subir, pero tenga cuidado.
Paso 2
Cepille la superficie de cocción con aceite, grasa vegetal, manteca de cerdo o grasa de tocino con un cepillo de cocina o una barbacoa. Asegúrese de cepillar la superficie a fondo.
Paso 3
Mantenga la superficie caliente durante al menos 30 minutos y luego déjela enfriar por sí sola. Cuando la estufa esté fría, límpiela con una toalla de papel o un paño para asegurarse de eliminar cualquier exceso de la superficie.
Paso 4
Si su estufa es removible y encaja, aplique el aceite y colóquelo dentro del horno. Hornear a 150 ºC durante 1 hora. Retirar el exceso de aceite (o frotar para que se absorba), volver a meterlo en el horno de 176 ºC a 204 ºC durante 1 hora más. Retirar del horno, tapar de nuevo con aceite y volver a meter al horno otros 15 minutos a 230 ºC. Limpia o vierte el exceso de grasa y coloca la placa de cocción en el horno por otras 2 horas.
Paso 5
Limpiar la superficie solo con agua y un paño o esponja. No utilice jabón, lana de acero ni ningún otro objeto abrasivo. Si hay algún alimento adherido a la superficie, raspe con una espátula de metal y límpielo.