Contenido
La intolerancia a la glucosa, también llamada prediabetes, hace que aumente el nivel de azúcar en la sangre después de comer dulces o carbohidratos. Este problema aún no es la diabetes en sí, pero el cuerpo ya tiene dificultades para lidiar con el azúcar y los carbohidratos. Según Jack Challem, autor de "Stop Prediabetes Now", es posible disminuir la probabilidad de que la intolerancia a la glucosa se convierta en diabetes tipo dos al disminuir el consumo de carbohidratos y azúcar refinada. Consuma alimentos más frescos y saludables y evite los alimentos procesados con alto contenido de azúcar y conservantes.
Evite los alimentos procesados
Los alimentos procesados son ricos en grasas saturadas, conservantes, grasas trans y azúcar refinada. Estos ingredientes son perjudiciales para la salud, ya que contribuyen a elevar los niveles de glucosa. Según Challem, los azúcares más comunes son sacarosa, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, sólidos de jarabe de maíz, melaza, jarabe de arce, dextrosa y edulcorantes naturales. Aunque el edulcorante Splenda se considera una alternativa, contiene maltodextrina, que funciona de manera similar al azúcar, elevando los niveles de glucosa. Aún se pueden comer alimentos enlatados, pero evite las frutas en almíbar, ya que contienen demasiada azúcar. Evite los carbohidratos simples, que se encuentran en los dulces y golosinas, ya que pueden elevar el azúcar en la sangre y aumentar el riesgo de diabetes tipo dos.
Grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas
No todas las grasas son iguales, ya que las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas son consideradas saludables por la Asociación Estadounidense del Corazón y contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y problemas de salud. Utilice solo aceite de oliva y macadamia. Son ricos en omega 9, lo que reduce la resistencia a la insulina. Esto permite que el cuerpo utilice la insulina correctamente y previene el desarrollo de diabetes. El omega 3 es una grasa saludable que se encuentra en pescados grasos como el salmón, las sardinas y el rabil y ayuda al cuerpo a mantener la insulina. El pescado también aporta proteínas que estabilizan el azúcar en sangre. Las grasas poliinsaturadas se pueden encontrar en nueces, semillas de girasol y aceites vegetales. Los monoinsaturados se pueden encontrar en aguacates, mantequilla de maní y aceites vegetales.
Verduras y carbohidratos
Las verduras y los carbohidratos complejos proporcionan vitaminas y fibra que permiten que el cuerpo estabilice los niveles de azúcar en sangre. Reducen el colesterol, muy útil para los prediabéticos, por el riesgo de desarrollar problemas cardíacos. Los vegetales nutritivos como la coliflor, el brócoli y las judías verdes contienen mucha fibra y vitamina C. Challem dice que es esencial evitar todo tipo de papas y limitar el consumo de maíz y guisantes. Los carbohidratos complejos se pueden encontrar en panes integrales y arroz, frijoles y legumbres. Se digieren más lentamente y aportan energía. Se recomienda comer cinco porciones de verduras y seis de carbohidratos al día.