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Los etnógrafos estudian las culturas y sociedades humanas conviviendo entre el pueblo estudiado, insertándose en el grupo de interés en un proceso llamado de observación participante. El etnógrafo participa lo máximo posible mientras observa, tomando notas detalladas, desarrollando un análisis de esas notas y compilando un informe o, más a menudo, un libro sobre sus descubrimientos. Utilizada en antropología, sociología, negocios y psicología organizacional, la etnografía lleva puntos fuertes y débiles a la cuestión de la investigación.
Los etnógrafos parten de un problema o tópico de investigación que se desarrolla y se adapta en el curso del estudio (Ingram Publishing / Ingram Publishing / Getty Images)
Investigación de cuestiones complejas
Los etnógrafos son indicados para el estudio de interacciones culturales y sociales intrincadas, situaciones imprevisibles y relaciones que son complejas y difíciles para los métodos cuantitativos, como sondeos y análisis estadísticos de datos numéricos. Los etnógrafos pueden desentrañar la extensión de las experiencias grupales de maneras que tienen en cuenta la singularidad del grupo estudiado. Dado que el profesional toma notas cuidadosamente estructuradas y detalladas, entrevistas y otros procesos de recolección de datos en el grupo observado, una etnografía es una manera poderosa de revelar, contextualmente, los diversos elementos de las interacciones colectivas. El resultado es una comprensión profunda de la cultura e interpretaciones con veracidad, lo que suele denominarse "descripción densa". Esta descripción densa generalmente ofrece respuestas a cuestiones políticas desconcertantes, derivadas de las dificultades de pueblos indígenas de lugares remotos en relación a problemas sociales de Occidente, como beneficiarios de medidas asistencialistas.
Una voz para la comprensión
Las etnografías permiten que la cultura hable de sus visiones y perspectivas, que de otro modo serían sofocadas por la cultura dominante y quedarían ignoradas. El etnógrafo desarrolla una comprensión desde el punto de vista del grupo y, en casos de derechos humanos, a veces puede actuar como un abogado del grupo. La etnografía ofrece una ventana para que aquellos fuera del grupo puedan entender lo que él hace y por qué. Además, las etnografías investigan los atributos profundos de la cultura, trayéndolos a la superficie, lo que garantiza a los individuos del grupo una mayor autocomprensión, que a su vez, en el proceso, les ayuda a interactuar fuera de su grupo y cultura.
Cara, demorada y difícil
Las etnografías son de difícil replicación, aplicables principalmente a los sujetos del estudio y altamente dependientes del etnógrafo. Los etnógrafos necesitan un entrenamiento extensivo, con la práctica de métodos de entrevista, anotaciones, métodos de recolección de datos alternativos y de análisis, además del aprendizaje del idioma y otros entrenamientos específicos para el grupo o cultura que planean estudiar. Una vez en el campo, el etnógrafo debe dedicar algún tiempo para conquistar la confianza. Cuando esa confianza es conquistada, el etnógrafo pasa bastante tiempo en la observación participante y otros métodos de recolección de datos, tomando notas y realizando otras tareas para mantener un registro lo más cercano posible a la perfección. El análisis de datos consume mucho tiempo, lo que resulta en una descripción densa de la cuestión cultural o social, que normalmente genera un libro. Dado que se sumergen en la cultura, los etnógrafos a menudo sufren choques culturales, se sienten extraños y desplazados, solitarios, pueden experimentar una incomodidad considerable y ocasionalmente un riesgo personal, además de la constante presión para mantenerse alertas como observadores participantes.
ética
Los etnógrafos deben prestar especial atención a la ética mientras conducen sus estudios. Ellos normalmente estudia culturas delicadas que son vulnerables a la explotación sin ningún tipo de seguridad. Los etnógrafos también estudian contractores y grupos de trabajo, lo que exige una planificación cuidadosa para evitar perjudicar a los sujetos. Por último, pero no menos importante, estos profesionales llevan sus propias experiencias, prejuicios y cultura para el estudio. Por eso, deben continuamente resguardarse de inyectar sus sesgos en el estudio, cambiar la cultura por su presencia o no conseguir exponer sus sesgos correctamente en los informes.