Contenido
- Amoníaco y orina de gato
- Amoníaco en perspectiva
- Riesgos de salud
- Evitando la exposición
- Asumir la responsabilidad
Cualquiera que tenga un gato reconoce el fuerte olor familiar del amoníaco de la caja de arena. Aunque este olor es indeseable, el amoníaco de la orina de gato presenta un riesgo mínimo para los humanos, siempre que la caja de arena se mantenga limpia y se tomen procedimientos de protección para evitar la exposición.
Amoníaco y orina de gato
El amoníaco (NH3) es un gas compuesto invisible. Cuando el metabolismo de un gato descompone la urea, produce amoníaco como un desecho tóxico que se elimina a través de la orina. Una pequeña cantidad de exposición al amoníaco para los seres humanos es común, ya que el amoníaco también se encuentra en los restos de productos de limpieza, textiles, madera, tierra, aire, agua y otros desechos animales. La arena para gatos es lo suficientemente absorbente como para contener amoníaco en cajas de arena limpias, pero cantidades más grandes que se acumulan en condiciones de descuido pueden representar algún riesgo, especialmente para los ancianos y los niños pequeños, y las personas con enfermedades o sistemas inmunitarios comprometidos. enfermedades respiratorias, como el asma.
Amoníaco en perspectiva
Debido a que el amoníaco es un tóxico corrosivo, una alta exposición puede tener efectos devastadores, por lo que estas concentraciones son raras en las cajas de arena. La orina de gatos sanos contiene solo un 0,05% de amoniaco. Según el Departamento de Salud del Estado de Nueva York (DOH), las personas corren un mayor riesgo de exposición debido a los productos de limpieza (que contienen entre un 5 y un 10 por ciento de concentrado), la liberación accidental de amoníaco en las instalaciones industriales y comercial (que contiene más del 25 por ciento de concentrado) y como agente en un ataque terrorista.
Riesgos de salud
El riesgo del amoníaco para la salud humana depende de la concentración y el tiempo de exposición. El riesgo significativo es más común en situaciones industriales, cuando las personas están expuestas a grandes concentraciones durante largos períodos de tiempo. Aunque un gato puede vivir más de 20 años, lo que expone a su dueño a años de lidiar con una caja de arena, las concentraciones de amoníaco en las cajas de arena limpias son mínimas. Sin embargo, el conocimiento de los síntomas ayudará a minimizar el riesgo.
La exposición respiratoria es la vía más común de exposición al amoníaco. Si se inhala, el amoníaco puede causar síntomas agudos, como dolores de cabeza, tos, dolor de garganta, mareos, secreción o ardor nasal y ardor en las vías respiratorias. Las concentraciones más altas de exposición al amoníaco pueden causar afecciones bronquiales (como dificultad para respirar, neumonía y asma), edema pulmonar y, en casos graves, la muerte. Si está expuesto, muévase a un área bien ventilada. La exposición de los ojos a los vapores de amoníaco puede causar picazón, ardor y lagrimeo y, en casos graves, ceguera. Si se expone a él, lávese los ojos con agua. La exposición de la piel puede causar picazón, ardor y ardor y, en casos severos, ampollas y congelación. Si se expone a él, lave el área con agua y jabón. La ingestión de amoniaco puede provocar daños en el estómago, la boca y la garganta y puede provocar una intoxicación sistémica. Si está expuesto, beba agua o leche para diluir la concentración de amoníaco. Si está expuesto de manera significativa o simplemente por motivo de preocupación, comuníquese con un profesional de la salud para obtener más ayuda o información médica.
Evitando la exposición
Mantener limpia la caja de arena de su gato es la clave para prevenir la exposición al amoníaco de su mascota. Cambie la arena sanitaria con frecuencia y recuerde, solo una caja de arena para cada gato. La remoción de arena debe ser diaria o al menos varias veces a la semana y luego reemplazarse con una capa nueva. Las arenas absorbentes, como cristales, pino, periódico, cedro, maíz y pasto de trigo, son efectivas para contener la orina y el amoníaco, pero después de aproximadamente una semana, los líquidos, gases y olores ya no pueden absorberse. Idealmente, las cajas de arena deben limpiarse semanalmente, con agua, jabón y una solución de lejía diluida, y lavarse y secarse completamente. Además, siempre asegúrese de que haya al menos unos centímetros de arena en la caja de su gato. Cuando limpie la caja de arena de su gato para mayor protección, considere usar guantes para proteger la piel, gafas para proteger los ojos y una máscara para evitar la inhalación.
Asumir la responsabilidad
Aunque el olor a amoníaco en una caja de arena puede dar miedo, no hay razón para deshacerse del gatito. Tome las precauciones anteriores y usted y su gato estarán más sanos y felices.