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Muchas culturas primitivas cocinaban sus alimentos en la arcilla que forma el suelo. Envolver los alimentos en arcilla antes de enterrarlos en las brasas encierra el calor y la humedad y evita que se quemen. La técnica es buena para acampar, ya que es posible organizar la comida, ponerla sobre las brasas y olvidarse de ella mientras se pesca o se hace una caminata. Casi cualquier tipo de alimento se puede cocinar en arcilla, desde carne y verduras hasta huevos.
Paso 1
Ponga leña en el suelo (en un círculo de piedras para evitar que el fuego se propague) y encienda un fuego. Deja que la madera se queme hasta que se convierta en brasas.
Paso 2
Sazone la comida y envuélvala en papel de aluminio.
Paso 3
Con la pala, excave hasta llegar al subsuelo arcilloso. A diferencia del suelo superficial, la arcilla es espesa y pegajosa, conservando fácilmente su forma. Retire suficiente arcilla para cubrir el papel de aluminio con una capa de 2,5 cm. Si es necesario, agregue agua a la arcilla para crear una consistencia más laminada.
Paso 4
Enterrar los alimentos cubiertos con arcilla al menos a 2,5 cm de profundidad, tan pronto como las brasas estén listas. La comida estará lista cuando la arcilla se endurezca y se agriete, lo que debería tardar entre 30 minutos y una hora.
Paso 5
Retire la comida de las brasas, retire la arcilla y abra con cuidado el papel de aluminio. Estén atentos ya que la comida estará muy caliente.