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Las Cruzadas, una serie de guerras entre 1096 y 1291 de los cristianos europeos contra los musulmanes de Turquía y de Persia, fueron bloqueadas para reclamar la posesión de Jerusalén, considerada una ciudad sagrada por las dos religiones.
Masacre turca
En 1065, los turcos conquistaron Jerusalén y masacraron a tres mil cristianos, que consideraban la ciudad tradicionalmente como un destino seguro para la peregrinación. La noticia del ataque se extendió por Europa e indignó a los cristianos.
Pedro, el Ermita
El Papa Urbano II convocó a Pedro, el Ermita de Picardía, Francia, para ganar apoyo público para una conquista por toda Italia y Francia. Pedro tuvo un papel significativo en transformar a los peregrinos en guerreros.
Amenaza turca
Los ejércitos turcos estaban invadiendo la ciudad cristiana de Constantinopla a un ritmo acelerado, y el emperador griego, Alexius Comnenus, pidió ayuda al Papa. Constantinopla se convirtió en un punto de encuentro para los cruzados, principalmente porque albergaba reliquias cristianas.
El Concilio de Clermont
En 1095, el Papa Urbano II organizó una reunión en Clermont, en Francia, detallando la amenaza turca y alegando que era el deber religioso de los cristianos recuperar las tierras sagradas. La primera cruzada comenzó un año después.
Santo Sepulcro
El Santo Sepulcro, supuestamente las tierras antiguas en las cuales Jesús de Nazaret fue sepultado, fue el primer blanco de las cruzadas cristianas. El Papa Urbano II prometió que ellos serían "recompensados cien veces más y poseer la vida eterna" por sus sacrificios.
resultados
En total, se produjeron nueve cruzadas. A pesar de algunas invasiones exitosas por los cristianos en Europa Occidental, en 1302, la tierra santa retornó a manos de los turcos pezones. El historiador moderno Sir Steven Runciman resumió las Cruzadas como "nada más que un largo acto de intolerancia en el nombre de Dios".