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El esqueleto humano, al contrario de lo que muchos piensan, no está formado solo por huesos. En su formación, están presentes: tendones, ligamentos, cartílagos y también el hueso. El esqueleto de un recién nacido está formado por 270 huesos, a diferencia de un adulto, que tiene 206. Los bebés tienen más huesos, porque en su estructura tienen la fontanela, la famosa “molera”, una estructura membranosa en el cráneo del bebé que permite que se mueva, facilitando la salida del bebé en el momento del nacimiento. Con los años, estas estructuras tienden a desaparecer.
Soporte: soporte corporal
Responsable de enmarcar una estructura, el esqueleto sostiene los tejidos blandos, que tienen propiedades estructurales y transmiten fuerzas y realizan grandes deformaciones. Estos tejidos también cuentan con puntos de unión para la mayoría de los músculos del cuerpo humano, ya que los músculos se insertan en los huesos, y solo por esta razón cumplen la función de soporte del cuerpo. Es por esta característica que nos diferenciamos de otros animales en el proceso evolutivo. Somos animales que caminamos erguidos.
Movimiento
Como dijimos anteriormente, los músculos están unidos a los huesos y es en esta unión donde se forman las articulaciones. Responsables del movimiento del esqueleto, se clasifican en: sinartrosis (inflexible), anfiartrosis y diartrosa (permite el movimiento). Estos últimos se pueden clasificar a su vez en: sinoviales, que contienen espacio entre los huesos y están separados por eje y movimiento (con un eje y dos movimientos, dos ejes y cuatro movimientos, tres ejes y seis movimientos y mayor movilidad); fibroso, que tiene tejido fibroso entre las articulaciones y cartílago, que tiene cartílago entre los huesos.
Proteccion
Otra función muy importante del esqueleto es la protección contra lesiones. Imagínese lo que sería de nuestros órganos vitales sin esta protección. Es a través de él que el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones están bien protegidos por la caja torácica. Vale la pena recordar que el cerebro, el cerebelo y la médula espinal también están protegidos. El primero a través del cráneo y el segundo a través de las vértebras. El esqueleto aún protege la vejiga urinaria y los órganos reproductores internos, como el útero, por ejemplo, en el caso de las mujeres, por la pelvis ósea.
Reserva mineral
Algunos minerales muy importantes se almacenan en los huesos, como: calcio, fósforo, sodio, potasio y otros. Es a través del sistema vascular que estos minerales se distribuyen a otras regiones del cuerpo.Por ejemplo, si la mujer, durante el embarazo, no tiene una dieta adecuada con una buena cantidad de calcio, este será extraído de su cuerpo para ser utilizado en el desarrollo de los huesos del bebé. Debido a que contiene una gran cantidad de minerales en su formación, los huesos pueden permanecer irrompibles durante años, incluso después de la muerte.
Hematopoyesis
Proceso por el cual se forman, desarrollan y maduran las células sanguíneas (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) a partir de la célula hematopoyética, también conocida como célula madre. Durante el período fetal, el hígado y el bazo son los órganos responsables de la hematopoyesis. Después del nacimiento, la médula ósea roja de algunos huesos produce los eritrocitos, leucocitos y plaquetas que estarán en el sistema circulatorio.