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Los veterinarios normalmente examinan las heces del gato como una herramienta de diagnóstico para determinar ciertas enfermedades. Como el cuerpo elimina toxinas, minerales y nutrientes, los profesionales usan una serie de pruebas para detectar problemas en las heces, de acuerdo con los veterinarios Dennis McCurnin y Joanna Bassert en "Clinical Textbook for Veterinary Technicians" ("Libro Didáctico para Técnicos Veterinarios", " en traducción libre). Saber qué buscar en la caja de arena le permite obtener tratamiento veterinario inmediato si su gato está enfermo.
instrucciones
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Examine las heces por consistencia. Las enfermedades gastrointestinales causan diarrea extremadamente suave o corriente. Las heces duras pueden indicar deshidratación o megacolón, enfermedades que necesitan tratamiento veterinario, dice el Dr. Holly Nash, del sitio "Pet Education".
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Observa el color de las heces de tu gato. La presencia de sangre apunta a una enfermedad intestinal, mientras que las heces marrones oscuras o negras pueden ser un signo de hemorragia interna o enfermedad hepática.
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Mire el pelo alrededor del ano del gato y observe las heces buscando segmentos de tenia. Según el Dr. Nash, estos segmentos tienen la apariencia de granos de arroz que se mueven, si aún están vivos. Los cachorros infestados pueden presentar gusanos enteros en sus heces.
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Llena las heces. Algunas enfermedades pancreáticas hacen que las grasas no sean absorbidas por el cuerpo, produciendo heces particularmente hedionetas, como relata el Hospital Animal de Ohio, en Estados Unidos. Las infecciones intestinales generadas por bacterias, virus o parásitos también pueden generar heces con mal olor.
consejos
- Recoger muestras de heces en bolsas de plástico o un contenedor desechable para llevar al veterinario. Normalmente, es necesario examinar manualmente las heces y hacer ciertas pruebas antes de llegar a un diagnóstico e iniciar el tratamiento.
advertencia
- Lleve un gato con diarrea a más de 24 horas o heces con variaciones extremas de color al veterinario. Estas señales indican enfermedades graves que necesitan tratamiento inmediato para preservar la salud y la vida de su mascota.