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Las piedras turquesas han sido objeto de deseo de muchas culturas. Algunas sociedades creían que las turquesas tenían poderes curativos o cualidades protectoras. Distinguir una piedra turquesa real de una falsa no es un proceso difícil, pero no puede estar completamente seguro sin realizar una prueba con un refractómetro. Si está comprando turquesas, solicite previamente un certificado de legitimidad. Esta es la mejor manera de garantizar la compra de una piedra turquesa real.
Paso 1
Observe el color de la piedra. Si la turquesa tiene forma de perla, revisa su interior. Si es blanco, entonces es falso. Preste mucha atención si el color interno es más oscuro de lo normal o si hay muchas inclusiones de tonos oscuros.
Paso 2
Con una lupa, analice la piedra, especialmente sus inclusiones. Si son mucho más oscuros que el resto de la piedra, es más probable que estén teñidos con magnesita.
Paso 3
Busque burbujas de aire o pequeñas fracturas con la lupa. Las burbujas de aire indican que el objeto está hecho de vidrio. Las pequeñas fracturas también pueden indicar que se trata de una imitación sintética o de vidrio.
Paso 4
Analiza la piedra y busca una cuadrícula o patrón de malla. Si lo encuentra, podría ser un trozo de amazonita.
Paso 5
Mira la piedra a través del filtro de color Chelsea. Si el color parece ser ligeramente rosado debajo del filtro, sospeche que la piedra es en realidad una variscita. Si el color cae entre el rosa y el rojo, sospeche que es un trozo de howlita teñida.
Paso 6
Toque la piedra con una aguja eléctrica caliente. Si se raya o desprende un olor acre, tienes una réplica, probablemente hecha de plástico.
Paso 7
Pase un algodón empapado en acetona sobre la superficie de la piedra, luego examine la mancha limpia con una lupa. Si la apariencia de la superficie de la piedra ha cambiado, ha sido tratada químicamente o es una réplica.