¿Cuál es la función del bazo y de la médula en el sistema circulatorio?

Autor: Joan Hall
Fecha De Creación: 28 Enero 2021
Fecha De Actualización: 1 Diciembre 2024
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El sistema circulatorio está compuesto de varios órganos que producen tanto los glóbulos rojos como las células blancas del sistema inmunológico. Los pulmones, el corazón, las venas y las arterias deben coordinar el transporte eficiente de casi 5 litros de sangre por el cuerpo. Mientras que los glóbulos rojos transportan oxígeno, las células blancas combaten las infecciones y promueven la coagulación de la sangre. La médula y el bazo se consideran el lugar de nacimiento y el cuarto de niños de esas células.


Los agentes del sistema circulatorio, las células sanguíneas, están íntimamente asociados a la médula y al bazo (Image by Flickr.com, courtesy de Andrew Mason)

Función del bazo

El bazo es un órgano multifuncional. En el sistema circulatorio, su papel principal es el de destruir y eliminar los glóbulos rojos dañados o viejos y restos de bacterias del torrente sanguíneo. También produce glóbulos rojos cuando es necesario, así como linfocitos, plasmócitos y anticuerpos. En el caso de las células madre, como en la maduración de las células sanguíneas, que más tarde se liberan en la circulación cuando el cuerpo las necesita (es decir para combatir infecciones). También actúa como sistema de filtración para purificar la sangre. A pesar de sus múltiples funciones, el cuerpo humano puede sobrevivir sin el bazo o con él dañado.


Función de la médula

La médula es un tejido esponjoso rojo amarillento que se encuentra dentro de la mayoría de los huesos humanos, especialmente los de la cadera y del muslo, y es el lugar donde se hacen las células sanguíneas. La médula se hace de diversas células, como células de grasa (lipídicas), osteoblastos formadores de los huesos y células madre hematopoyéticas formadoras de células sanguíneas. Estas últimas son capaces de convertirse en cualquier tipo de célula blanca o roja de la sangre del cuerpo humano, de eritrocitos (glóbulos rojos), macrófagos, neutrófilos y mastócitos. Millones de células sanguíneas se hacen en esa región todos los días, y la médula todavía sirve como el lugar donde esas células se almacenan para madurar antes de entrar en el sistema circulatorio.

Desarrollo del bazo y de la médula

El momento en que el bazo aparece varía de especie a especie, sin embargo, en humanos, está presente desde la quinta semana de gestación, o desarrollo embrionario. En el embrión está un tejido llamado saco vitelino que contiene células para formar el bazo y las células madre que forman las diversas células sanguíneas. Tanto las células blancas y los glóbulos rojos, que son responsables de funciones biológicas diferentes, van a ser producidas por el bazo entre la 13ª y la 27ª semana de gestación (es decir, el segundo trimestre). El desarrollo de la médula es más complicado debido a la variedad de células generadas y, por lo tanto, se conecta directamente al proceso multifactorial de la hematopoyesis. Muchas enfermedades o síndromes sanguíneos surgen de la falta o fallo en el control de los complejos pasos que involucran la formación de cada tipo de célula que compone esos órganos.


Enfermedades de la médula y del bazo

La gama de enfermedades que afectan a estos órganos varía mucho. Mientras que la médula normalmente es el lugar donde se producen linfomas, leucemias y otros defectos en el crecimiento de las células blancas (conocido por mieloproliferación), las enfermedades que afectan el bazo pueden causar su aumento (esplenomegalia). Esto compromete su funcionamiento y reduce el número de células sanguíneas sanas en el sistema circulatorio, además de causar daño al propio bazo por acumular células en exceso. Cualquier factor que obstaculice la producción o maduración normal de las células blancas afectará la salud de la médula. Fuera de las condiciones previamente mencionadas, la deficiencia de hierro puede causar anormalidades en la médula como anemia aplásica e infecciones virales como la causada por el parvovirus humano. Otros factores son hereditarios e incluyen el defecto genético de la anemia de Fanconi.

conclusión

El sistema circulatorio depende del funcionamiento normal de la médula ósea y del bazo, dos tejidos altamente especializados que se desarrollaron conjuntamente en mamíferos. Ellos trabajan sinérgicamente, con un responsable mayoritariamente por la producción y maduración de las células sanguíneas, mientras que el otro limpia la corriente sanguínea y restablece las células necesarias en momentos de heridas o infecciones. Sin las células producidas en estos órganos, el sistema circulatorio sólo se compone de los componentes linfáticos y no sería capaz de mantener el cuerpo humano vivo.