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A lo largo de la vida de una mujer, problemas como dolores en las mamas o en los pezones pueden surgir. Aunque estos síntomas a menudo son bastante normales, a veces pueden indicar problemas más serios.
La mama femenina: identificación
Comprender la anatomía de la mama, así como las funciones de sus diversas partes, puede ayudar a especificar el lugar y posibles causas de dolor en la mama y el pezón. La mama femenina está compuesta por grasa, tejido conectivo, ductos de leche, lóbulos y diversos vasos sanguíneos. (Ver Recurso 1) Los diversos ductos, que unen los lobos y los lóbulos, terminan en el pezón.
síntomas
El dolor en la mama y el pezón pueden manifestarse de diferentes maneras. Muchas mujeres experimentan dolor en la zona superior de la mama. El dolor también puede estar más cerca del pezón, o incluso dentro del pezón. Muchas veces, los dolores se acompañan de nódulos en la mama. La frecuencia del dolor puede variar.
causas
El dolor constante en las extremidades externas de la mama es un problema normal y frecuentemente resulta de cambios en el tejido mamario, a menudo denominados de alteración fibrocística. (Ver Referencia 3) El dolor en el pezón puede indicar infección o puede ser el resultado de una lesión o fricción. Aunque el dolor del pezón no es grave, consulte a un médico si tiene alguna secreción. Otras causas de dolor en la mama y el pezón incluyen tumores benignos, mastitis y tumores cancerosos (aunque estos generalmente no causan dolor). (Véase la Referencia 2)
tratamiento
El tratamiento depende de la gravedad de la causa subyacente. En el caso de alteraciones fibrocísticas de la mama, no hay cura. Sin embargo, los analgésicos pueden ayudar a disminuir el dolor. Otros tratamientos incluyen antibióticos (para casos de mastitis), otros medicamentos y cirugía (para abscesos o tumores cancerígenos).
consideraciones
Durante la pubertad, la menstruación, el embarazo, la lactancia y la menopausia se producen cambios en las mamas que pueden causar dolor. Estos dolores son normales y generalmente no deben ser motivo de preocupación. Sin embargo, si los síntomas se acompañan de fiebre, o se vuelven muy fuertes, consulte a un médico.