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Los relojes mecánicos de pulso, ya sean automáticos o con cuerda manual, funcionan de manera similar, utilizando movimientos mecánicos con resorte espiral que los hacen girar y los mantienen regulados. Los modelos automáticos no necesitan recibir cuerda si se utilizan diariamente. Ya en los modelos con cuerda manual, se debe dar cuerda todos los días, aunque su reserva de marcha pueda mantenerlos en funcionamiento por hasta 36 horas. De la misma manera, la reserva de marcha de un modelo automático puede durar de 36 a 72 horas.
Los relojes mecánicos automáticos y con cuerda manual son elementos muy buscados por coleccionistas de modelos clásicos (deportivo de la imagen de Andrejs Nikiforovs de Fotolia.com)
historia
La producción en masa de relojes de bolsillo con cuerda manual existe desde mediados del siglo 19. El reloj de pulso, sin embargo, surgió apenas a principios del siglo 20. Los modelos automáticos vinieron después, hacia 1931, pero no pasaron a ser usados a gran escala hasta la década de 1940. A su vez, los relojes actuales son alimentados o por un movimiento mecánico automático o por un movimiento a cuarzo operado por batería. Aquellos con movimiento a cuarzo son electrónicos y no necesitan recibir cuerda, como explica el sitio Timeszone.com (ver Referencias).
Recursos automáticos
Un reloj automático es alimentado por la impulsión constante de la muñeca del usuario. El movimiento contiene un disco en forma de media luna que gira con cada movimiento del brazo, manteniendo la cuerda del reloj. Este tipo de reloj no es más preciso que otros con cuerda manual. De la misma forma que estos últimos, el automático es menos preciso que los modelos con movimiento a cuarzo. Un reloj manual o automático bien regulado puede incluso retrasar o adelantar hasta ocho segundos en un día, mientras que los a cuarzo raramente adelantan o retrasan. Cuando éstos inundaron el mercado en la década de 1970, los automáticos casi dejaron de ser fabricados, pero volvieron con fuerza en la década de 1990 como modelos mecánicos muy codiciados.
Relojes con cuerda manual
Los relojes de bolsillo y de pulso con cuerda manual fueron producidos en masa y atendieron al mercado por cerca de 150 años antes de la invención del movimiento a cuarzo. Pocos modelos mecánicos con cuerda manual son producidos aún hoy en el siglo XXI, pero existe un mercado enorme de relojes clásicos con ese tipo de movimiento. Son menos populares que los automáticos porque necesitan recibir cuerda diariamente, además de ser considerados elementos arcaicos y que dan mucho trabajo cuando se comparan con sus semejantes automáticos y el cuarzo.
Pros y contras
Los relojes automáticos son más fáciles de cuidar, si se utilizan diariamente. Utilizando todos los días, no necesitará recibir cuerda y ningún otro cuidado especial. Sin embargo, si esto no ocurre, estos modelos pueden recibir cuerda como cualquier reloj manual o ser colocados en un aparato automático llamado impulsor, que simula el movimiento del pulso para mantenerlo con cuerda. Los relojes con cuerda manual necesitan atención diaria para recibir cuerda. Sin embargo, muchos coleccionistas sólo les gustan los modelos de este tipo, ya que normalmente son elementos clásicos y con historia, poseen mostradores interesantes y permiten al usuario que interactúe con ellos. Muchas veces, los propietarios de relojes clásicos discuten y estudian la historia de los modelos que poseen de la misma manera que los coleccionistas de vehículos clásicos hacen en relación a sus modelos antiguos.
Moraleja de la historia
La atracción ejercida por los relojes mecánicos está en los ojos de quien ve. Sus propietarios reconocen que se necesita mucho más talento y precisión de acabado para crear un reloj de cadena automática o manual que un modelo a cuarzo. Los automáticos tienden a ser más accesibles, porque todavía se fabrican. Los de cuerda manual son tan precisos como, pero tienen un pedigrí clásico que algunos coleccionistas consideran atractivo.