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En general, las correas de reloj existen en cuero o cuero sintético, o en metales, como la plata. Se pueden extender las pulseras de cuero o símil cuero. Estos materiales son más flexibles y responden mejor a los estímulos que los hacen doblarse, contraerse, expandirse y, finalmente, estirarse. Las pulseras de plata o aluminio solo se doblan o deforman al intentar estirarlas. Por lo tanto, si la correa de su reloj está demasiado ajustada, no tendrá que sufrir ni comprar una nueva. Es posible estirarlo en casa, sin necesidad de comprar ningún producto o herramienta especial.
Paso 1
Retire la correa del reloj.
Paso 2
Envuelva el dial en un pequeño trozo de plástico y colóquelo en un lugar seguro, como un joyero.
Paso 3
Llena un recipiente con agua tibia. Sumerge la pulsera en el agua.
Paso 4
Tire, gire, enrolle y masajee suavemente la correa del reloj mientras está sumergida para asegurarse de que absorba toda el agua y se vuelva más flexible. Continúe haciendo este procedimiento durante 3 o 5 minutos.
Paso 5
Deje la correa del reloj en el agua durante al menos 10 minutos.
Paso 6
Saca la pulsera del agua. Agítelo para que deje de gotear.
Paso 7
Vuelva a colocar la correa en la esfera del reloj. Conserve la película de plástico para proteger la esfera del agua que pueda quedar todavía en la pulsera.
Paso 8
Colóquese el reloj en su muñeca inmediatamente para que le quede bien. Doble y flexione la muñeca para que la pulsera siga ensanchándose y adaptándose a su tamaño. Si lo desea, coloque la pulsera alrededor de algo más grande que su muñeca, como una lata.