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La enfermedad caracterizada por una cantidad baja de plaquetas en la sangre, las células sanguíneas que forman coágulos para detener la sangre, se conoce como trombocitopenia. Debido a muchas enfermedades físicas, desde la deficiencia de ácido fólico hasta la rehabilitación posterior a la quimioterapia, esta enfermedad solo puede combatirse mejorando el sistema inmunológico y permitiendo que las plaquetas se repoblen. Por el momento, no existe ningún alimento que aumente directamente la reproducción plaquetaria, aunque muchos alimentos pueden ayudar al sistema inmunológico y añaden a la dieta vitaminas y minerales beneficiosos para la sangre.
Pescado y frutos secos
El pescado y las nueces son fuentes saludables de omega 3 y ácidos grasos que pueden aliviar la inflamación en el cuerpo. Esto es beneficioso para quienes tienen un recuento bajo de plaquetas. Estos alimentos antiinflamatorios luchan contra la hinchazón en el cuerpo, permitiendo que la sangre y el sistema inmunológico hagan otras cosas, como producir plaquetas. Los ácidos omega 3 pueden aumentar la circulación en el cuerpo e incluso reducir la presión, pero su uso debe controlarse cuidadosamente ya que algunos ácidos grasos pueden inhibir la coagulación sanguínea sin afectar directamente a las plaquetas.
Frutas y ajo
La vitamina C es una parte importante para mantener y mejorar el sistema inmunológico. Se encuentra en frutas y verduras, particularmente en cítricos, ayuda en el desarrollo de los vasos sanguíneos, en las funciones del sistema inmunológico e incluso reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. El ajo es otra gran fuente de vitamina C, que contiene el 71% de la ingesta diaria de esta vitamina en una porción. El ajo también funciona como anticoagulante, por lo que quienes padecen anemia o toman medicamentos anticoagulantes deben tener cuidado con su consumo de ajo. Un sistema inmunológico saludable significa que la producción de plaquetas no se verá afectada mientras combata las infecciones.
Tomates y bayas
Los tomates, las bayas y las nueces son alimentos ricos en antioxidantes. Mejoran el sistema inmunológico combatiendo el daño celular causado por peligrosos radicales libres (átomos que reaccionan con el oxígeno y dañan las células vecinas). Con suficientes antioxidantes en el cuerpo, el desarrollo de radicales libres se ralentiza y el sistema inmunológico puede concentrarse en combatir el desarrollo de enfermedades crónicas o la reparación celular. La vitamina C también tiene propiedades antioxidantes, así como la vitamina E, que se encuentra en la calabaza, el brócoli y las zanahorias. Mejorar el sistema inmunológico con antioxidantes permite que el cuerpo se concentre en la regeneración plaquetaria.
Hojas verdes
Otra vitamina que mejora el sistema inmunológico se encuentra en las hojas de color verde oscuro de las verduras en ensaladas y sopas. La col rizada, la espinaca, el brócoli, la lechuga y el repollo son excelentes fuentes de vitamina K, una vitamina que promueve la salud ósea. Según el centro médico de la Universidad de Maryland, la vitamina es conocida por su papel en la coagulación de la sangre. Tomar antibióticos, someterse a radioterapia o tomar otros medicamentos para terapias extremas puede matar las bacterias intestinales que producen vitamina K de forma natural. La suplementación con hojas verdes puede reintroducir la vitamina en el cuerpo y permitir que la formación de sangre y la coagulación se desarrollen normalmente.