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La atrofia de la almohadilla de grasa es una afección que puede desarrollarse en la superficie inferior del empeine cuando se destruye la grasa que amortigua los huesos del pie. Esta condición, también conocida como metatarsalgia, es común en los ancianos y puede causar un dolor significativo al caminar. Puede tratarse con varios métodos, aunque puede ser necesaria una cirugía para aliviar completamente el dolor.
Causas
El pie consta de cinco huesos metatarsianos, que se mantienen en su lugar mediante los ligamentos. Si uno de estos huesos se desalinea y cae por debajo de los demás, ejercerá presión en la parte inferior del empeine. Este aumento de presión desgastará la almohadilla de grasa, que está diseñada para absorber el impacto de caminar hasta el metatarso. A medida que se desintegra, la piel responderá creando callosidades gruesas que pueden empeorar el dolor. Las personas con arcos muy altos, que usan tacones o tienen lesiones en la superficie inferior del pie tienen más probabilidades de desarrollar atrofia de la almohadilla grasa.
Síntomas
El dolor en la superficie inferior del empeine es solo uno de los síntomas de la atrofia de la almohadilla de grasa. Otros síntomas incluyen dolor que empeora al estar de pie y mejora al sentarse. Los dedos de los pies pueden estar adormecidos u hormigueantes o el paciente puede sentir como si tuviera una pequeña piedra en el zapato. El dolor empeora al caminar descalzo y los callos aparecerán y se volverán muy gruesos.
Tratamientos no quirúrgicos
La atrofia de la almohadilla de grasa se puede tratar sin cirugía si el tratamiento se inicia temprano, insertando ortesis personalizadas en los zapatos. Se obtiene un molde de pie para que la órtesis se adapte al pie. El resultado es el levantamiento del metatarso, de modo que se alinea con los otros huesos metatarsianos y deja de llevar más peso corporal que los demás.
Tratamiento quirúrgico
Si este tratamiento no logra aliviar el dolor, puede ser necesaria una cirugía para restaurar el equilibrio del metatarso y aliviar la presión excesiva. Esto se hace cortando el metatarso ofensivo y levantándolo a la posición correcta en el pie. El hueso se fija en esta nueva posición con un alfiler. Después de recuperarse de la cirugía, el paciente ya no debería sentir dolor al caminar.
Prevención
Es mejor prevenir que lamentar. Se pueden tomar algunos pasos simples para prevenir el desarrollo de atrofia de la almohadilla de grasa. Evite llevar tacones de más de 2,5 cm, que ponen mucho peso corporal en el empeine y ejercen una presión excesiva sobre los metatarsianos. También evite las actividades que requieran andar de puntillas, ya que tienen el mismo efecto que los tacones altos. En lugar de practicar ejercicios de alto impacto, prefiere opciones como nadar, andar en bicicleta y correr en el agua.