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El cuerpo humano es como un reloj, tiene el momento adecuado para cada tipo de actividad. Hay un momento para dormir, despertar, comer, beber e ir al baño. Con los años, el cuerpo adquiere su propio ritmo. Si por casualidad no se siente hambre a las horas en las que suele comer o hay una sensación de sed excesiva más allá de lo normal, debe interpretar esto como una señal de que su cuerpo está enviando. Si estos síntomas persisten durante mucho tiempo, ¡no sea tonto y consulte a un médico!
Problemas emocionales
Factores como el estrés en la vida cotidiana en las grandes ciudades, la tristeza prolongada y la depresión pueden estar directamente relacionados con cambios físicos. Estos trastornos mentales pueden alterar varias funciones corporales, incluida la disminución del apetito. Generalmente, la disminución del deseo de comer que está relacionada con la depresión ocurre lentamente, a diferencia de la causada por factores físicos. Junto con la falta de hambre viene la pérdida de peso, constantes dolores de cabeza y fatiga más allá de lo normal. Tenga cuidado de evitar que un problema aislado provoque una bola de nieve de perturbaciones en su vida. Tome en serio la pérdida de apetito y visite a un médico.
Anorexia
La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario que está directamente asociado con la pérdida del apetito y la sed excesiva. Este trastorno se caracteriza por una fobia a subir de peso y una obsesión por evitar cualquier tipo de comida. La persona anoréxica se ve a sí misma como gorda y evita comer alimentos para no subir de peso. Es necesario estar atento principalmente a los adolescentes, la porción de la población que tiene muchas más probabilidades de desarrollar este tipo de trastorno. Además de la falta de hambre y la sed excesiva, la anorexia provoca insomnio, presión arterial baja y cambios en el ciclo menstrual.
Diabetes insípida
Tanto la disminución del apetito como la sensación constante de sed son síntomas de la diabetes insípida. Esta enfermedad se caracteriza por un mal funcionamiento de los riñones. Se vuelven incapaces de conservar líquidos y filtrar la sangre. En la literatura médica existen dos tipos de Diabetes Insípida: la central, que puede tener su origen en traumatismos craneoencefálicos o cirugías y la nefrogénica, que puede ser hereditaria o adquirida por alguna otra enfermedad. Además de cambiar el apetito y la sed, la Diabetes Insípida también genera un gran volumen de orina, provocando que la persona tenga que ir al baño constantemente.
Sed excesiva
Es común sentir sed cuando se come algún alimento picante o se practica algún deporte que requiera más del cuerpo. También en verano, a medida que se elimina más agua por el sudor, hay un mayor deseo de beber. El problema ocurre cuando esta sed es constante, sin causa externa aparente. La hipercalcemia, que ocurre cuando hay cambios en el nivel de calcio en sangre, puede ser una de las causas de la sed excesiva. Esto sucede cuando el calcio es absorbido en exceso por el intestino y se elimina en forma reducida en la orina.