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Cuando guardas tus escobas para que descansen sus cerdas, terminan dobladas y rizadas, lo que hace que tu escoba sea menos efectiva. Pero en lugar de comprar una escoba nueva, ¡puede ahorrar algunos dólares simplemente renovando la vieja!
Paso 1
Llena el balde con agua hirviendo. Coloque la escoba en el cubo, de modo que las cerdas queden completamente sumergidas. Es posible que deba sostener el mango contra una pared o un banco para mantener la escoba en su lugar. Deje las cerdas en remojo durante diez minutos.
Paso 2
Saca la escoba del agua y tira de las cerdas con las manos. Dedique unos minutos a tratar de enderezarlos de la mejor manera posible; después de que se hayan ablandado con agua, esto debería ser bastante fácil de hacer. No todas las cerdas se enderezarán perfectamente y los extremos de las cerdas pueden resistir.
Paso 3
Use tijeras para recortar los extremos rizados y doblados de las cerdas. Trabaje lenta y cuidadosamente para mantener la longitud de las cerdas lo más consistente posible. Cuando esté lista, la escoba debería funcionar como nueva.