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Las hojas de laurel crecen sobre los laureles, que son originarios de Asia Menor, aunque esta planta aromática también se encuentra en el Mediterráneo y otras regiones de clima similar. Las hojas de laurel son populares entre los cocineros y dan un sabor picante a las sopas, guisos, salsas, pastas y verduras. Cuando están deshidratados, son ideales para usar en popurrís, guirnaldas y bolsitas, además de exudar un fuerte aroma terroso que perfuma tu hogar.
Paso 1
Coseche las hojas de laurel cuando el rocío de la mañana se haya secado y no estén calientes debido al sol del mediodía, ya sea a media mañana o al atardecer.
Paso 2
Corta las ramas grandes de la planta con unas tijeras de jardinería y sacúdelas suavemente para eliminar los insectos.
Paso 3
Retire todas las hojas muertas, enfermas o dañadas y elimine todos los escombros.
Paso 4
Lave las ramas con agua fría y agítelas suavemente para eliminar el exceso de agua. Séquelos con cuidado con paños de cocina suaves, ya que las hojas de laurel mojadas pueden enmohecerse y estropearse.
Paso 5
Corta las hojas de la parte inferior de las ramas, dejando entre 1,2 cm y 2,5 cm del tallo sin hojas.
Paso 6
Divida las ramas en pequeños grupos de cuatro a seis. Ata el extremo de una cuerda alrededor de las ramas de cada grupo y el otro extremo en la base de una percha de alambre, de modo que las hojas de laurel cuelguen boca abajo.
Paso 7
Cuelgue las perchas con las hojas de laurel en un lugar seco y cálido (24ºC a 26,5ºC), donde circule mucho aire. La deshidratación completa suele tardar de dos a cuatro semanas.
Paso 8
Guarde las hojas de laurel deshidratadas en recipientes herméticos en un lugar fresco y seco. Revíselos todos los días durante dos o tres días. Si aparece algo de humedad, retire las hojas y déjelas secar más.