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Abrir el grifo del fregadero, de la ducha o de la bañera y ver el agua saliendo con una tonalidad roja, clara o oscura, puede ser repulsivo y aterrador. Sin embargo, no hay con qué preocuparse en cuanto a ese color: es causada por el hierro contenido en el agua. Puede contaminar el líquido de varias maneras diferentes, y usted puede tratar este problema con métodos variados. Aunque esto no representa un riesgo serio para su salud, el agua roja puede manchar los fregaderos, los baños, las cajas, las bañeras, la ropa y los cubiertos.
Los pozos antiguos son más propensos a tener agua rojiza (Jupiterimages / Photos.com / Getty Images)
causas
El agua de la lluvia y la nieve derretida se infiltra en el suelo y llegan a la fuente de agua de su pozo. En el camino, ella puede pasar por suelos y rocas ricos en hierro, que se disuelve en el líquido y se trae dentro del pozo. Si hay piedras ferrosas cerca de su casa, son probablemente la causa de la coloración. Además, conforme el agua atraviesa las cañerías y los revestimientos del pozo, puede captar partículas del metal. Esto sucede más a menudo con las tuberías antiguas.
Tipos de hierro
Varios tipos de hierro pueden contaminar el agua de su pozo. Saber el tipo de hierro que hay en el agua es importante para decidir cómo tratarla.Si, al abrir el grifo, el agua sale transparente al principio pero se vuelve roja con el tiempo, se trata de óxido ferroso, también conocido como óxido. Sin embargo, si el agua sale roja al principio, contiene óxido férrico, también conocido como hematita.
opiniones
La mayoría de las tiendas no venden kits de uso doméstico para detectar la concentración de hierro. Es posible, sin embargo, entrar en contacto con un laboratorio particular y pagar una pequeña cantidad para analizar el agua. Otra alternativa es ponerse en contacto con la compañía de suministro de agua y pedirles que hagan este análisis. La evaluación da más resultados si ya se conoce de antemano el tipo de hierro que hay en el agua, pues el proceso puede involucrar varios tipos diferentes de pruebas.
tratamiento
La forma más común de tratar el agua y remover el óxido ferroso es por medio de un purificador. Este equipo está diseñado para eliminar partículas sólidas, no hierro, y se obstruirá con el tiempo. Este tratamiento requiere un cambio frecuente del purificador. La remoción del óxido ferroso generalmente implica la utilización de un filtro, que está diseñado especialmente para eliminar las partículas de hierro. Si usted descubre que la causa reside en la plomería, se puede optar por su sustitución. Esta alternativa, sin embargo, implica un gasto alto.