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La colitis canina básicamente significa que el intestino grueso o el colon del perro están inflamados. La colitis es un término comúnmente utilizado para indicar la diarrea causada por la irritación del intestino grueso. Este estado en un perro también se puede llamar enfermedad inflamatoria intestinal. Desafortunadamente para estos animales, no pueden saber cuándo se sienten mal. Depende de usted, como propietario, notar los cambios en los hábitos intestinales del animal y buscar tratamiento veterinario si es necesario. A continuación se muestra información sobre la colitis canina, los síntomas, las causas y los tratamientos.
Que es el colon
El colon de un perro tiene tres funciones básicas: almacenar heces, absorber agua y digerir más nutrientes que el cuerpo no absorbe. La mayor parte de lo que come un perro se utiliza como combustible o se almacena como grasa. El resto va al colon, que está lleno de bacterias listas para descomponer el resto de fibras y convertirlas en sustancias químicas. Estas sustancias se utilizan para mantener el funcionamiento regular del colon. Las toxinas también se descomponen y excretan como heces.
Causas
Puede haber varias afecciones que causan colitis canina, como infecciones, estrés, parásitos, cambios en la dieta, colitis alérgica, enfermedad inflamatoria intestinal y traumatismos. Es posible que el perro tenga colitis después de ingerir alimentos contaminados, rodearse de otros perros infectados o vivir constantemente mojado. Luego, el colon absorbe menos agua, lo que reduce su capacidad para almacenar heces. El resultado es que el animal con frecuencia experimenta diarrea, con moco o sangre que se encuentran a menudo en los excrementos.
Síntomas
El síntoma más común y obvio de la colitis canina es la diarrea frecuente. Puede notar la tensión del perro mientras usa el baño o un impulso repentino de salir con urgencia. Habrá sangre fresca, limo o mucosidad en las heces muchas veces, siempre luciendo normal, pero suave. Las heces lucirán más viscosas que acuosas. Sin embargo, la pérdida de peso no se considera un signo de colitis canina.
Diagnóstico
A veces, diagnosticar la colitis canina y sus causas puede ser complicado. A menudo, se utilizará una dieta de exclusión para determinar si el perro es alérgico a algún alimento o sustancia en particular, como colorantes, rellenos o contaminantes. Muchos fabricantes de piensos producen alimentos especiales para perros que padecen estas peculiaridades. El proceso de exclusión puede tardar más de ocho semanas, provocando que el animal se alimente solo de este alimento especial y nada más.
Si la colitis es causada por Clostridium, será necesario realizar pruebas para diagnosticarla. Los clostridium son bacterias que viven en el intestino grueso y, por lo general, no causan problemas. Estos organismos a menudo pueden causar problemas si el perro se estresa o cambia su dieta. Clostridium crece y se vuelve tóxico, causando colitis. Las pruebas para determinar si esta es la causa de la colitis en el perro pueden incluir un frotis fecal, una prueba de antígeno de látex pasivo inverso y una prueba de ELISA.
Tratamiento
Si se diagnostica colitis canina, el tratamiento más habitual consiste en ayunar durante un período de 24 a 48 horas. La dieta del perro incluirá mayor cantidad de fibra y alimentos hipoalergénicos. El veterinario a menudo prescribirá antibióticos y antiinflamatorios para ayudar con cualquier inflamación o infección presente. Los medicamentos inmunosupresores también pueden ayudar en casos de colitis inmunomediada. A veces, el estrés es la causa del problema y un cambio en la dieta será suficiente. Después del tratamiento, el perro generalmente volverá a un estado saludable en unos pocos días.