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Un volcán en erupción es un espectáculo tremendo para la vista, con nubes gigantes de cenizas voladoras que se elevan millas hacia el cielo. Los arroyos rojo-naranja de lava caliente y fundida que fluyen rápidamente alcanzan y destruyen todo lo que está en el camino, y toneladas de ceniza caliente convierten el día en noche. Un volcán activo tiene buenas y malas consecuencias para las áreas circundantes afectadas, dejando un impacto duradero.
Ceniza volcánica
La ceniza es piedra pulverizada, su caída es fuerte y puede asfixiar al ganado, causar problemas respiratorios y aplanar edificios. La exposición a las cenizas puede ser mortal para los niños pequeños y los ancianos, que tienen afecciones respiratorias vulnerables. Son extremadamente corrosivos y pueden rayarle los ojos.
Lava
La lava, que es piedra fundida, también conocida como magma, normalmente fluye lentamente. Sin embargo, esta sustancia mezclada con gas caliente y cenizas adquiere un flujo piroclástico y puede viajar rápidamente, tragándose casas y adelantando a las personas. Las erupciones volcánicas con cenizas y lava destruyen el ganado, crean incendios forestales y matan la vida silvestre natural. El flujo de lava con su contenido altamente ácido fluye hacia el océano y puede diezmar la vida marina y acuática.
Consecuencias globales
Los volcanes tienen consecuencias globales si la erupción es de gran alcance. Las grandes partículas de ceniza liberadas a la atmósfera pueden retener el calor y desarrollar el efecto invernadero. Además, las cenizas y el humo pueden perturbar el comercio y el transporte.
Consecuencias beneficiosas
Lo que se ve mal puede resultar bueno, como las erupciones volcánicas para el medio ambiente. La ceniza volcánica contiene importantes minerales que mejoran el suelo. Las pendientes volcánicas causadas por la lava son un oasis para flores y animales raros. Los caminos de lava crean paisajes increíbles, forman nuevas islas y agregan masa de tierra a los continentes.