Contenido
Nada es más atractivo que una cama cómoda con sábanas blancas y frescas. Incluso con el mejor trabajo de lavandería, sus piezas eventualmente perderán su blancura y suavidad y deberán restaurarse. Los blanqueadores de cloro comerciales pueden amarillear o hacer que la tela se vuelva quebradiza. No es necesario desechar las sábanas buenas o desesperarse cuando se ensucian. Unos simples pasos harán que parezcan nuevos sin mucha fanfarria.
Restaurando tus sábanas
Paso 1
Lea la etiqueta en sus hojas. Asegúrese de que la temperatura del agua sea adecuada para la tela. Realmente hace una diferencia. Ponga la cantidad de detergente que siempre usa en las piezas. Junto con el detergente, agregue medio vaso de bicarbonato de sodio, ya que esto ayuda a regular el nivel de pH del agua y optimiza la acción del detergente para eliminar los aceites corporales o la suciedad. Cuando comience el ciclo de enjuague, agregue medio vaso de vinagre a la máquina. La acidez media de este también actúa como blanqueador. Si es posible, cuelgue las sábanas en un tendedero externo; el sol también tiene el poder de aclarar su ropa.
Paso 2
Si la etiqueta de sus sábanas permite temperaturas superiores a los 100 grados Fahrenheit, el punto de ebullición del agua, hierva lo suficiente para cubrir las piezas por completo. Apague el fuego y mueva el recipiente a un lugar seguro donde no se desborde ni lastime a nadie. Agrega un vaso de vinagre destilado al agua y déjalo reposar. Coloque las sábanas con cuidado y déjelas en remojo durante la noche. Lávalos como de costumbre el otro día.
Paso 3
Muchas tiendas de conveniencia, farmacias y supermercados venden quitapinturas o kits de blanqueador hechos especialmente para telas blancas. Búscalos en la sección de lavandería. El producto viene en polvo, y algunos se pueden mezclar con el detergente mientras se lava en la máquina. La diferencia entre los decolorantes y los decolorantes es que el primero se realiza para quitar la coloración de las fibras de la ropa. Esta puede ser una opción si las sábanas están muy sucias o manchadas. Los segundos son similares a la lejía, pero son menos agresivos en las telas delicadas que el cloro. Úselos de acuerdo con las instrucciones del fabricante.