Contenido
Un elemento consta de un átomo con protones, neutrones y electrones alrededor del núcleo. Una sustancia química está compuesta por uno o más elementos diferentes vinculados entre sí. Los elementos y las sustancias tienen varias diferencias entre ellos, como la simplicidad, la complejidad, los símbolos y las fórmulas.
Simplicidad versus complejidad
La principal diferencia entre un elemento y una sustancia es que un elemento está compuesto por un solo átomo. El elemento no se puede romper, ya que está en la forma más simple posible. Hay 118 elementos químicos conocidos, cada uno con un número atómico y un número de masas específicas. Por otro lado, se pueden combinar varios elementos formando sustancias químicas complejas. Por ejemplo, los elementos sodio, carbono, oxígeno e hidrógeno pueden formar una sustancia compleja llamada percarbonato de sodio (también conocido como carbonato de sodio peroxihidratado). El percarbonato de sodio es en realidad una combinación de las sustancias carbonato de sodio (Na2CO3) y peróxido de hidrógeno (3H2O2).
Símbolos y fórmulas
Los elementos también se diferencian de las sustancias en la forma en que se representan mediante símbolos. Por ejemplo, el elemento oxígeno se designa con la letra "O", el elemento nitrógeno se representa con la letra "N" y el potasio con la letra "K". Sin embargo, debido a que los productos químicos son una mezcla de dos o más elementos, se utiliza una fórmula específica para representar todos los compuestos químicos en la molécula. Por ejemplo, la sustancia cloruro de sodio (sal de mesa) está representada por la fórmula NaCl. El ácido úrico es una sustancia más compleja y su fórmula es C5H4N4O3.
Factor diferenciador
Los elementos se caracterizan por su número atómico. Por ejemplo, el hidrógeno tiene un número atómico 1, el sodio tiene un número atómico 11, el aluminio, 13 y la plata, 47. Las sustancias, por otro lado, se caracterizan por sus enlaces químicos. Por ejemplo, la sal de mesa se basa en enlaces iónicos. Un enlace iónico es aquel que se forma cuando un átomo transfiere uno o más de sus electrones a otro átomo.
Ejemplo de enlace iónico
El sodio tiene un electrón en su capa más externa, mientras que el cloro tiene siete electrones en esta capa. De esta forma, ninguno de estos elementos es realmente estable. El sodio luego cede su electrón más externo al cloro, convirtiéndose en un ion positivo. El cloro recibe un electrón y se convierte en un ion negativo. Las cargas positivas y negativas se atraen entre sí y se mantienen unidas por la naturaleza electrostática de los dos elementos. Una vez que se forma el enlace, cada elemento comienza a tener ocho electrones en su capa de valencia, volviéndose más estable.